En la clausura del Mes Mariano, el Papa invita a caminar con la Virgen

  • 1 de junio, 2025
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
León XIV se unió a los fieles al concluir el rezo del Rosario en la gruta de Lourdes de los Jardines Vaticanos y les deseó que "la alegría de este momento perdure y crezca en nosotros".

El sábado 31 de mayo marcó el fin del Mes Mariano, dedicado a la Virgen María. Los fieles se reunieron frente a la iglesia de Santo Stefano degli Abissini en el Vaticano, donde iniciaron una procesión a la luz de las velas, rezando juntos el Rosario mientras se dirigían a la gruta de Lourdes.

La procesión siguió el recorrido de los Misterios Gozosos y cada parada evocaba un momento clave en la vida de Jesús y María: la Anunciación, la Visitación, la Natividad, la Presentación en el Templo y el Hallazgo de Jesús en el Templo.

Al concluir la procesión, el papa León XIV se reunió con los presentes en la Gruta y pronunció un breve discurso. Primero expresó su alegría por formar parte de la vigilia, describiéndola como "un gesto de fe mediante el cual, de manera sencilla y devota, nos reunimos bajo el manto maternal de María".

Señaló que la vigilia reflejaba el espíritu del Año Jubilar, con su enfoque en la alabanza, el camino, la esperanza y la fe, antes de recordar las palabras de san Juan Pablo II, quien describió el Rosario como una oración con "carácter mariano y corazón cristológico" que refleja la profundidad del mensaje evangélico.

El Santo Padre animó a todos a considerar sus vidas como un camino de fe. "Consideremos, pues, nuestras vidas como un camino de seguimiento de Jesús, para recorrer, como hicimos esta tarde, junto a María", dijo, antes de invitar a los fieles a pedir al Señor la gracia de alabarlo diariamente, no solo con palabras, sino también con su vida.

Finalmente, el Papa aprovechó la oportunidad para agradecer a todos los presentes, incluyendo cardenales, obispos, sacerdotes y personas consagradas. Mencionó especialmente a las Hermanas Benedictinas del Monasterio Mater Ecclesiae, agradeciéndoles su afecto y gratitud, pues apoyan a la comunidad y nuestra labor con su oración íntima y constante.

Concluyó expresando su deseo de que la paz y la unidad vividas durante la vigilia perduren entre todos los participantes, en sus hogares, en sus comunidades y en su servicio a la Iglesia.+