Mons. García Cuerva, a los carismáticos: 'Sean testigos de esperanza'

  • 18 de junio, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
El arzobispo de Buenos Aires presidió la Eucaristía junto a grupos de la Renovación Carismática, con un llamado a la unidad, la renovación interior y el compromiso con los más necesitados.

La catedral metropolitana congregó el 14 de junio a numerosos grupos de la Renovación Carismática de la región Buenos Aires. El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, presidió la misa y dedicó su homilía a reflexionar sobre la esperanza, la fraternidad y la renovación espiritual.

El arzobispo resaltó que "el amor de Dios fue derramado en nuestros corazones para ser testigos del Resucitado, porque nosotros queremos ser testigos de un Dios que está vivo y un Dios que venció a la muerte" y animó a los fieles a vivir con convicción y coherencia su fe cristiana.

En coincidencia con la celebración litúrgica de la Santísima Trinidad, monseñor García Cuerva hizo un pedido especial de renovación espiritual. "Quería pedir en esta Misa a todos que podamos renovarnos delante de Dios, pero que se note con nuestras palabras y con nuestras obras", expresó.

El prelado porteño subrayó también que el amor de Dios impulsa a la unidad, sin negar las diferencias: "Respetando que somos distintos, respetando a los que crean otra cosa, respetando a los que tengan otras ideas. Descubriendo que somos verdaderamente hermanos y que si el otro es distinto no es mi enemigo".

Asimismo, compartió una reflexión crítica sobre el mundo actual, al que describió como "envejecido" no sólo por el paso del tiempo, sino por la pérdida del entusiasmo y el compromiso.

"Ser viejo no es una cuestión biológica solamente, es una cuestión de espíritu", afirmó y pidió a los grupos carismáticos: "Ayúdennos en este mundo de hoy a renovarnos. Que podamos tender puentes, construir la comunión y la fraternidad".

Vivir el Evangelio con 'los pies en la tierra'
Monseñor García Cuerva insistió en la importancia de vivir el Evangelio con los "pies en la tierra". Invitó a no ignorar el sufrimiento de tantos hermanos y hermanas que viven en situación de pobreza o soledad.

"Cuidado porque a veces alabamos a Dios mirando demasiado para arriba y poco para el costado, donde están los que sufren, que son el rostro concreto de Cristo crucificado", advirtió.

Para concluir, hizo un llamado a orar por la paz: "La paz en el mundo, ahora que también se abrió otro frente bélico, y la paz en nuestros corazones. Porque solamente si construimos la paz en nuestro corazón, podré ser testigo de la paz en mi comunidad, en mi barrio, en mi país".

Finalmente, alentó a los presentes a continuar su camino de fe con alegría y compromiso: "Que Dios los bendiga mucho y animémonos, de la mano del Resucitado, a ser testigos de esperanza".+