Peregrinos, alegría y esperanza fueron los ejes del Encuentro de Catequesis

  • 25 de junio, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
Participaron delegados de diez de las doce diócesis que conforman la Región Buenos Aires. Encabezó el obispo Iván Dornelles y coordinó el equipo del ISCA.

Directores e integrantes de las Juntas de Catequesis de la Región Buenos Aires participaron de un encuentro que se realizó el 20 de junio en las instalaciones del Colegio Sagrado Corazón, del barrio porteño Almagro, con el lema "Que el Dios de la Esperanza nos llene de alegría"

La jornada contó con la participación de diez de las doce diócesis que componen la región, junto a monseñor Iván Dornelles, obispo que la acompaña en este período; y fue animada por un equipo del Instituto Superior de Catequesis Argentino (ISCA) que invitó a reflexionar sobre el tema de la esperanza en la vida del catequista.

Luego de la oración inicial y una presentación, el presbítero Juan Andrés Rosso, abrió su ponencia con una pregunta "¿A dónde queremos ir?" como peregrinos de esperanza, orientada a suscitar en el marco del jubileo, actitudes en sintonía en cada catequista. 

Luego continuó con la lectura completa del texto de Romanos: "Que el Dios de la esperanza los llene de alegría y de paz en la fe, para que la esperanza sobreabunde en ustedes por obra del Espíritu Santo" Esto dio origen al lema.

Se reflexionó desde la etimología de la palabra peregrino, como aquel que anda por tierras extrañas para interpelar, de manera personal, con: ¿qué significa ser peregrino? ¿cuáles son "esas tierras extrañas" que recorremos en nuestra región? ¿Peregrino o peregrinos? ¿podemos peregrinar en soledad?

Ahondar en la esperanza
Ante estos cuestionamientos, Mirta Jáuregui (ISCA) ayudó a ahondar en la esperanza, como actitud profundamente humana, arraigada en lo más profundo de la antropología, pues siempre se espera algo más, se espera superar dificultades y obstáculos; pero sobre esa nota profundamente humana, abunda la gracia con el don de la esperanza teologal por la cual tenemos un ancla en Cristo. 

El ancla era considerada la última salvaguarda del marino en las tormentas, por lo cual se la asociaba con la esperanza, que aparece como sostén ante las dificultades de la vida.

El alma de la alegría
"Esta esperanza que nosotros tenemos, es como un ancla del alma, sólida y firme, que penetra más allá del velo allí mismo donde Jesús entró por nosotros, como precursor". Vivir con esa certeza, esperando en Dios, llena el alma de alegría. Fue ese el momento en que Verónica Rozas se concentró en la alegría que implica vivir según la fe, compartiendo la Palabra y la vida con los hermanos, una alegría que brota del corazón de Dios y se recibe en abundancia.

Posteriormente se desarrolló el trabajo grupal en tres ejes: peregrino, alegría y esperanza. 16 grupos recibieron la consigna y una grilla iluminada por la Palabra y un párrafo de la homilía de Pentecostés del papa León XIV. Se trabajaron las realidades prioritarias y faltantes en la región, desde una lista surgida del Directorio 2020, para continuar respondiendo ¿qué podemos hacer para caminar como peregrinos y que no haya más "tierras extrañas"? ¿podemos llegar a todos los rincones? Proponiendo acciones posibles y concretas con el objetivo de transformar esas realidades.

Luego del almuerzo, se dispuso el plenario, con la puesta en común y presentación de afiches elaborados por cada grupo, que luego se llevarían como ofrenda en la Eucaristía. Fue un momento de mucha riqueza compartida, desde la mirada de las distintas diócesis.

Una mesa redonda, cerró la actividad de la jornada. Participaron el equipo del ISCA junto a los sacerdotes Carlos Paravizzini y Hernán Bomsembiante, quienes descubrieron su pensamiento, mirada y su corazón, respecto a lo trabajado en la jornada. 

Como broche de oro, se celebró la misa, presidida por monseñor Dornelles y concelebrada por los sacerdotes presentes.+