El pequeño Cottolengo Don Orione celebró 90 años de vida

  • 3 de julio, 2025
  • Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
Los festejos incluyeron el descubrimiento de una placa conmemorativa por parte del intendente Jorge Ferraresi y la misa central que presidió el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Marcelo Margni.

El pequeño Cottolengo Don Orione de la ciudad de Avellaneda celebró el 2 de julio los 90 años de la fundación, un verdadero ícono de la caridad y el servicio, que congregó a residentes, trabajadores, voluntarios y vecinos para rendir homenaje a esta casa que durante casi un siglo es sinónimo de amor, ternura y dignidad para los más vulnerables.

Los festejos comenzaron con un emotivo acto en el hall de entrada del edificio, donde se descubrió una placa conmemorativa. Allí, tomaron la palabra trabajadores, residentes y el psicólogo Diego Zotta, actual director ejecutivo del Cottolengo, quien destacó la dimensión humana y espiritual del lugar, y recordó que "estas puertas dan al lugar donde vivió el mismo san Luis Orione, y hoy siguen abiertas a la esperanza".

Seguidamente, el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, junto a su esposa, Magdalena Sierra, inauguraron la restauración exterior completa del edificio y una obra hecha en mosaico con el rostro de Don Orione, realizada por artistas locales. 

Por su parte, el obispo diocesano, monseñor Marcelo Margni, presidió la bendición de la obra y agradeció la inversión realizada por el municipio en esta institución que "es profética para la ciudad, donde Dios sigue hablando a quienes quieren escucharlo".

Al mediodía se celebró la Eucaristía en el salón principal y con la presencia de una gran cantidad de fieles, trabajadores, religiosas y sacerdotes amigos. Participaron también miembros de la congregación orionita, con presencia histórica en la diócesis a través del Instituto San Vicente y la parroquia San Luis Orione en Sarandí. 

En su homilía, Monseñor Margni se refirió al valor espiritual del Cottolengo y afirmó: "El que quiera escuchar lo que Dios dice, que se acerque al Cottolengo. Aquí Dios habla con fuerza a través del sufrimiento vivido con amor".


Luego de la Eucaristía, dijeron unas palabras el padre Fernando Guevara FDP, actual director religioso del Cottolengo, y Diego Zotta. También lo hizo el padre Eldo Musso FDP, provincial de la congregación, quien recordó los orígenes de esta obra en suelo argentino, en Avellaneda, y agradeció a todos los que sostienen cotidianamente esta casa de amor.

"Hoy más nunca resuena en nuestros corazones la invitación de Don Orione aquella fría mañana del 2 de julio de 1935: 'Quiero dar hoy mismo comienzo al pequeño Cottolengo argentino'", manifestó Guevara, quien recordó que el lema escogido para celebrar este acontecimiento fue: "Vayan a Avellaneda, ahí comienza nuestra obra".

"Para la familia del pequeño Cottolengo, es una alegría muy grande vernos acompañados por cada uno de ustedes, en el día que celebramos los noventa años de esta casa, que como decía Don Orione 'La Puerta del Pequeño Cottolengo Argentino no preguntará a quien la cruce si tiene un nombre, sino solamente si tiene un dolor'", subrayó.

El acto concluyó con un anuncio por parte Ferraresi, quien declaró al pequeño Cottolengo de interés municipal y comprometió una inversión de 200 millones de pesos para obras futuras, de manera de asegurar que esta casa "sea un patrimonio de toda la ciudad y un ejemplo de amor en acción", dijo.

Antes de finalizar, la comunidad del Cottolengo regaló a monseñor Margni dos obsequios, un nuevo báculo y una cruz pectoral, símbolos del obispo y pastor del Pueblo de Dios. Luego, los presentes rezaron unidos la oración por los 90 años.


Un sueño que se inició en Avellaneda
El 2 de julio de 1935 se inauguró oficialmente el pequeño Cottolengo de Avellaneda, obra impulsada por san Luis Orione para atender a personas con discapacidad y fuera de los círculos de contención tradicionales. La propuesta nació cuando las Damas Vicentinas, al conocer el proyecto de Don Orione para su Cottolengo, ofrecieron una propiedad en Avellaneda. 

Antes de la cesión, dicho lugar funcionaba como refugio nocturno para hombres, fortaleciendo así el compromiso social de la iniciativa. Desde su fundación, el Cottolengo fue concebido como un espacio de inclusión social, donde se trabaja en el cuidado de personas con discapacidades en un clima familiar, priorizando mejorar la calidad de vida.

Estos antecedentes fundamentales complementan la crónica principal, y dan cuenta cómo hace 90 años se inició un sueño que hoy se ha convertido en realidad, forjado en la solidaridad entre congregaciones y la comunidad.

Mayor información en el sitio web de la diócesis.+