León XIV: la amistad con Cristo es la clave de la felicidad cristiana

  • 25 de julio, 2025
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Lo recordó el Papa al recibir a los participantes en el Curso para Formadores de Seminarios y a los Misioneros Javerianos al concluir su Capítulo General.

"Es tan importante cultivar la amistad con Jesús", recordó el papa León XIV a los participantes en el Curso para Formadores de Seminarios celebrado en el Ateneo Pontificio Universidad Regina Apostolorum de Roma, y a los Misioneros Javerianos al concluir su Capítulo General a los que recibió este viernes en el Vaticano.

A quienes acaban de concluir el curso o su Capítulo General, el pontífice admitió: "Se trata ciertamente de dos eventos diferentes, pero podemos ver un hilo común que los une porque, de maneras diferentes, estamos llamados a entrar en el dinamismo de la misión y a afrontar los desafíos de la evangelización".

Tener el mismo sentir que Cristo Jesús
Es precisamente esta llamada, se maravilló el Papa, la que exige de todos nosotros, ministros ordenados y fieles laicos, "una formación sólida e integral", "que no se limita a conocimientos especializados, sino que debe tender a transformar nuestra humanidad y nuestra espiritualidad para que reflejen el Evangelio y tengamos 'el mismo sentir' de Cristo Jesús".

El Papa ofreció a continuación algunas reflexiones al respecto, recordando también que con tanta inspiración el Dicasterio para el Clero acogió recientemente un encuentro internacional dedicado a los sacerdotes sobre el tema "Sacerdotes alegres".


"Podemos añadir que dejarse llevar por la alegría del Evangelio", sugirió el Papa León, "no es sólo cosa de los sacerdotes, sino de todos, y así podemos hablar de cristianos felices, de discípulos felices y de misioneros felices".

"Podemos añadir que entusiasmarse con la alegría del Evangelio no es sólo cosa de sacerdotes, sino de todos, y así podemos hablar de cristianos felices, discípulos felices y misioneros felices"

La casa del cristiano debe estar fundada sobre la roca
Para que esta esperanza no quede en un mero eslogan, dijo, la formación es esencial.

"En efecto, es necesario que la 'casa' de nuestra vida y de nuestro camino vocacional, ya sea sacerdotal o laical, esté fundada sobre 'roca'", subrayó el Papa, aclarando que es sobre cimientos sólidos "con los que afrontar las tempestades humanas y espirituales de las que tampoco está exenta la vida de los cristianos, sacerdotes y misioneros".

El Santo Padre preguntó a continuación "cómo podemos construir nuestra casa sobre la roca" y, a este respecto, ofreció tres breves sugerencias.

Necesidad de experimentar personalmente la cercanía y el amor del Maestro
Lo primero, recordó, es "cultivar la amistad con Jesús", señalando que éste es el fundamento de la casa, "que debe estar en el corazón de toda vocación y misión apostólica".

"Necesitamos experimentar personalmente la cercanía del Maestro", dijo, "saber que hemos sido vistos, amados y elegidos por el Señor por pura gracia y sin mérito alguno por nuestra parte, porque es sobre todo nuestra propia experiencia personal la que luego irradiamos en nuestro ministerio". 


"Necesitamos experimentar personalmente la cercanía del Maestro, sabernos vistos, amados y elegidos por el Señor por pura gracia y sin mérito alguno de nuestra parte."

"Además, cuando formamos a otros en la vida sacerdotal y, según nuestra vocación específica, anunciamos el Evangelio en tierras de misión -recordó el Papa León-, irradiamos ante todo nuestra experiencia personal de amistad con Cristo, que se refleja en nuestro modo de vivir, en nuestra actitud, en nuestra humanidad y en cómo somos capaces de vivir relaciones sanas.

Necesitamos trabajar constantemente en nosotros mismos
El Santo Padre en este contexto recordó que la evangelización es ante todo 'testimonio'. "Testimonio del encuentro personal con Jesucristo", lo que, reconoció, exige un camino continuo de conversión, en el que "debemos trabajar constantemente sobre nosotros mismos".

"Se necesita un esfuerzo concertado -dijo- para mirar dentro de nuestros corazones y ver las sombras y las heridas que nos marcan, y luego tener la valentía de abandonar nuestras máscaras y cultivar una amistad íntima con Cristo". 

"De esta manera -continuó el Santo Padre- nos dejaremos transformar por la vida del Evangelio y nos convertiremos en auténticos discípulos misioneros".

La segunda sugerencia, afirmó a continuación el Papa León, es "vivir una fraternidad efectiva y afectiva entre nosotros".

En este sentido, el Papa señaló: "Debemos trabajar con ahínco en nosotros mismos para superar el individualismo y el afán de superar a los demás, que nos convierte en competidores", y, más bien, "aprender gradualmente a construir relaciones humanas y espirituales sanas y fraternas". "En principio, creo que todos estamos de acuerdo en esto", dijo, "pero en realidad", reconoció, "aún queda mucho camino por recorrer".

Los sacerdotes no están solos
Finalmente, el Papa León XIV sugirió que el tercer aspecto es "compartir la misión con todos los bautizados", pues observó que "también los sacerdotes deben ser formados en esto, para no pensarse como líderes solitarios, ni para vivir el sacerdocio ordenado con un sentido de superioridad".

Sobre este punto, el Papa afirmó: "Necesitamos sacerdotes capaces de discernir y valorar en los laicos la gracia del Bautismo y los carismas que de él derivan, quizá incluso ayudándoles a abrirse a estos dones y a encontrar después el coraje y el entusiasmo de comprometerse en favor de la vida de la Iglesia y de la sociedad".


"En concreto", explicó el Papa León, "esto significa que la preparación de los futuros sacerdotes debe estar cada vez más inmersa en la realidad del Pueblo de Dios y realizarse con la contribución de sus miembros: sacerdotes, laicos, consagrados y consagradas".

El pontífice agradeció, por último, a quienes le precedieron la oportunidad de estar juntos, pero sobre todo, su servicio, su dedicación a la formación sacerdotal y su labor misionera en la evangelización de tierras a menudo heridas y necesitadas de la esperanza del Evangelio. "Los animo a continuar su camino", concluyó.+