Mons. Uriona: 'En la Inmaculada, Dios nos dice que el mal no tiene la última palabra'

  • 9 de diciembre, 2025
  • Río Cuarto (Córdoba) (AICA)
Una multitud colmó la Plaza San Martín para celebrar la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. El obispo de Río Cuarto destacó a la Virgen como signo de esperanza.

La ciudad de Río Cuarto celebró la solemnidad de la Inmaculada Concepción, patrona tanto del municipio como de la diócesis, con una multitudinaria convocatoria que colmó la Plaza San Martín. Las actividades comenzaron a las 18:30, cuando los fieles se concentraron frente a la catedral para recibir a las delegaciones parroquiales. Desde allí partió la procesión hacia la plaza, donde el obispo, monseñor Adolfo Uriona, presidió la celebración en el marco del Año Jubilar 2025.

En su homilía, el prelado relacionó la festividad con el lema "Peregrinos de la Esperanza", y afirmó: "A poco de finalizar el Jubileo, contemplamos a aquella que es la Madre de la Esperanza". En su reflexión contrastó el miedo de Adán en el Génesis con la plenitud de María, y explicó que "ese es el drama del pecado. El mismo revela nuestra desnudez, nuestra nada y nos llena de miedo, aislándonos de Dios".

El obispo subrayó que la Virgen es "esa Mujer que nunca tuvo que esconderse de Dios" y destacó una de las ideas centrales de su mensaje: "En la Inmaculada Concepción, Dios nos dice que el mal no tiene la última palabra. Antes de que el pecado pudiera tocarla, la Gracia la abrazó". Por ello, la definió como "la enemiga absoluta de la desesperanza".


Además, remarcó que el título "Llena de Gracia" constituye la identidad más profunda de la Virgen, e invitó a los fieles a recordar que la identidad cristiana "no se funda en el pecado que cometemos, sino en el amor con el que fuimos elegidos".

Hacia el final, alentó a la comunidad indicando que "la esperanza cristiana es la certeza de que, en medio de nuestras luchas, Dios camina con nosotros", y concluyó: "Si Dios pudo preservar a María en medio de una humanidad caída, también puede sostener a nuestra diócesis, a nuestras familias y a nuestros jóvenes en medio de las dificultades actuales".

Al terminar la celebración eucarística, y como cierre de la fiesta patronal, monseñor Uriona impartió la bendición con Indulgencia Plenaria para los fieles presentes en la plaza y para quienes participaron de la celebración.

La jornada finalizó con el "Festival de la Esperanza" frente a la catedral, donde la comunidad compartió música y oración junto al cantautor católico Maxi Larghi.+

[Texto completo de la homilía]