El obispo castrense destacó la espiritualidad de Shaw como camino concreto de santidad

  • 18 de diciembre, 2025
  • Roma (Italia) (AICA)
Monseñor Olivera subrayó el valor del plan espiritual del venerable, centrado en la Eucaristía, la Palabra y María, como propuesta accesible para vivir el Evangelio en la vida cotidiana.

El obispo castrense y de las Fuerzas Federales de Seguridad, monseñor Santiago Olivera, presentó a Enrique Shaw como un auténtico hombre de Dios y un modelo actual de vida cristiana, al destacar su propuesta espiritual denominada "Peldaños en el amor de Dios".

La noticia de que el marino, laico comprometido, empresario, esposo y padre de nueve hijos será beatificado fue comunicada a la comunidad castrense por monseñor Olivera, quien en su carácter de vicepostulador de la causa de beatificación, viajó especialmente a Roma para seguir de cerca este nuevo avance.

Según explicó el prelado en una carta pastoral, este plan de vida, concebido desde la oración y la docilidad al Espíritu Santo, fue vivido con fidelidad por el venerable Enrique Shaw y se caracteriza "por pequeños pasos cotidianos que animan a todos a crecer en el amor a Dios". Entre sus ejes se encuentran la participación frecuente en la Eucaristía, la meditación diaria de la Palabra de Dios, el rezo del Rosario y la práctica constante de actos de oración, paciencia y caridad.

Monseñor Olivera señaló que "el valor de esta propuesta radica en su sencillez y profundidad, ya que muestra que la santidad es posible en la vida ordinaria, integrando la fe con la vocación personal, familiar, laboral y social".

Asimismo, destacó que la espiritualidad de Shaw se apoya en tres pilares fundamentales de la vida interior: la Eucaristía, la Palabra y la presencia de la Virgen María.

Al compartir esta reflexión con la comunidad castrense, el obispo expresó su deseo de que la figura del venerable Enrique Shaw sea conocida, reflexionada y trabajada pastoralmente en todos los ámbitos de la diócesis, como preparación espiritual ante su próxima beatificación y como estímulo para renovar el llamado universal a la santidad.+