Mons. García Cuerva en Navidad: 'Dios no es un Dios mudo, es un Dios que habla'
- 26 de diciembre, 2025
- Buenos Aires (AICA)
El arzobispo de Buenos Aires invitó a contemplar el misterio de un Dios que se hace cercano y frágil, y a transformar el saludo navideño en gestos concretos de solidaridad y compromiso.
En la mañana del día de Navidad, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, presidió la misa en la catedral metropolitana junto a la comunidad de la Iglesia porteña, para celebrar el nacimiento del Niño Dios. La liturgia estuvo marcada por una reflexión sobre el prólogo del Evangelio según san Juan y su significado para la vida cristiana y la realidad social actual.
Al iniciar su homilía, el arzobispo porteño subrayó la densidad teológica del texto evangélico y su centralidad en la celebración navideña. A partir de la frase "la Palabra se hizo carne", afirmó que Dios no se comunica con discursos abstractos ni ideas teóricas, sino con hechos concretos: "Lo que nos quiere transmitir es cuánto nos ama, y por eso se hace uno de nosotros". En esa encarnación, destacó, Dios revela un amor apasionado por la humanidad y asume plenamente la condición humana, excepto el pecado.
Monseñor García Cuerva invitó a los fieles a maravillarse ante el misterio de un Dios que elige la fragilidad y la pobreza del pesebre. Señaló que no se trata de un Dios lejano o distante, sino de uno que "acampa entre nosotros" y decide habitar en lo pequeño, en un establo carente de comodidades, rodeado de carencias materiales, pero colmado de amor. Esa elección, remarcó, manifiesta la cercanía de Dios con los pobres, los sencillos y los olvidados.
Animó, además, a cada creyente a presentar su propia vida ante el Niño Jesús, no desde los logros o éxitos, sino desde aquello que se asemeja al pesebre: las fragilidades, el pecado, la tristeza, la angustia y la soledad. "Allí Él quiere nacer y hacer nuevas todas las cosas", aseguró y alentó a no tener miedo ni vergüenza de mostrarse tal cual se es ante un Dios que ama con ternura.
El sentido del saludo: "Feliz Navidad"
Más adelante, el arzobispo reflexionó sobre el sentido del saludo "Feliz Navidad" en medio de un mundo atravesado por el dolor y el sufrimiento. Reconoció con realismo que "no está todo bien": hay personas en situación de calle, víctimas de las adicciones, ancianos que no llegan a fin de mes, pueblos en guerra y familias afectadas por la violencia. Sin embargo, explicó que la Navidad es motivo de esperanza porque "no está todo perdido", ya que el amor de Dios se hace presente y cercano en la encarnación de su Hijo.
En ese momento, exhortó a que el saludo navideño no quede en palabras, sino que se traduzca en obras concretas, siguiendo el ejemplo de Jesús. "Tenemos que ser testigos de ese amor no con palabras, sino con hechos", insistió, llamando a un compromiso activo con quienes más sufren.
Al final de su homilía, Mons. García Cuerva recordó palabras del papa León XIV pronunciadas en la misa de Navidad en Roma, en las que se destacó que la paz de Dios nace cuando la fragilidad ajena nos conmueve y el dolor del otro es acogido. Retomando esa enseñanza, invitó a escuchar el llanto del Niño Jesús como un llamado a despertar de la indiferencia y a comprometerse con la solidaridad, la generosidad y la ternura.
La celebración concluyó con una exhortación a vivir la Navidad como una experiencia transformadora, capaz de renovar el corazón y de impulsar a toda la comunidad a ser signo concreto del amor de Dios en medio de la realidad cotidiana.+