Año Santo: Comenzó el cierre de las puertas santas de las basílicas papales

  • 26 de diciembre, 2025
  • Roma (Italia) (AICA)
"El corazón de Dios permanece abierto", dijo el cardenal arcipreste de Santa María la Mayor, en la ceremonia de cierre de la puerta santa, la primera de las basílicas papales en cerrarse.

El cierre de la Puerta Santa de la basílica romana de Santa María la Mayor tuvo lugar al anochecer del día de Navidad, en una Roma inundada por la lluvia constante de los últimos días, presidida por el cardenal arcipreste, Rolandas Makrickas, invitando a los fieles a permanecer abiertos a la escucha de la Palabra, a la acogida del otro y al perdón.

El sonido de la 'Sperduta', la antigua campana que evoca el espíritu de la peregrinación, acompañó el cierre de la Puerta Santa. "Al cerrar esta Puerta Santa, creemos que el corazón del Resucitado, fuente inagotable de nueva vida, permanece siempre abierto a quienes esperan en Él", dijo el cardenal Makrickas.

Un rito antiguo y solemne
Entonces, en silencio, el cardenal subió los escalones que conducían a la Puerta Santa. Y aún en silencio, se arrodilló en el umbral, haciendo una pausa para orar. Finalmente, se levantó y cerró las puertas.

Ha pasado casi un año desde su apertura el 1 de enero de 2025. La decisión de cerrarlas el 25 de diciembre no es casualidad: en Santa María la Mayor se conservan las reliquias del Santo Pesebre donde fue depositado el Niño Jesús recién nacido.

Convertirse en puertas abiertas para los demás
"Lo que se cierra no es la gracia divina, sino un tiempo especial para la Iglesia; mientras que lo que permanece abierto para siempre es el corazón de Dios misericordioso", subrayó el cardenal lituano durante la misa posterior al rito, que fue animada por el Coro Liberiano, que en este Año Jubilar celebra el 480 aniversario de su fundación formal.


"Hoy hemos visto cerrarse la Puerta Santa", subrayó el purpurado, "pero la puerta que verdaderamente importa sigue siendo la puerta de nuestro corazón: se abre cuando escuchamos la Palabra de Dios, se expande cuando acogemos a nuestros hermanos y se fortalece cuando perdonamos y pedimos perdón".

De ahí la invitación a recordar que "cruzar la Puerta Santa fue un don, y convertirnos, desde hoy, en puertas abiertas para los demás es nuestra misión para el futuro". Un gesto sencillo y solemne se convierte así en "recuerdo agradecido y misión valiente".

Un Jubileo, dos Papas
En su homilía, el cardenal arcipreste destacó la singularidad del Jubileo de la Esperanza que está a punto de concluir: un Año Santo iniciado por el papa Francisco y continuado por el papa León XIV. El único precedente se produjo en el Año Santo de 1700, inaugurado por Inocencio XII y clausurado por Clemente XI. Pero hoy, como entonces, fue "un relevo de testigo y de liderazgo que nos da la imagen de la vida de la Iglesia que nunca termina", porque "el Señor nunca abandona a su Iglesia".

La paz es posible
El Jubileo de la Esperanza, continuó el cardenal, fue "un momento en el que la Iglesia proclamó, una vez más al mundo entero, que Dios no está lejos, que la paz es posible, que la misericordia es más fuerte que el pecado".


Y siguiendo los pasos de los papas Francisco y León, el cardenal Makrickas insistió en que la esperanza no es ni ilusión, ni escapismo, ni optimismo ingenuo, sino más bien "una fuerza concreta que abre nuevos caminos", "una decisión marcada por el amor", "participación en la vida del Verbo hecho carne, una luz que ninguna noche puede apagar".

La esperanza nace de la bienvenida
El Año Jubilar, por tanto, no es "un acontecimiento que se archiva al concluir, sino una invitación a permanecer atentos al Hijo, porque sin escucha de la Palabra, la esperanza se apaga".

El ejemplo a seguir, añadió el cardenal, es el de María, quien "enseñó a todos que la esperanza nace de la acogida: acoger a Dios en la vida, acoger a los demás, acoger el futuro sin miedo". Solo así, es decir, dejando entrar a Dios en nuestros corazones, podemos abrir la verdadera Puerta Santa, "la de la misericordia, la reconciliación y la fraternidad".

Traducir el Año Santo en acciones concretas
Finalmente, desde la Basílica que alberga el icono mariano de la Salus Populi Romani, así como los restos mortales del papa Francisco y de varios otros pontífices, el cardenal Makrickas invitó a los fieles a traducir los momentos conmovedores del Jubileo en oración renovada, atención concreta a los pobres, reconciliación familiar, compromiso creativo en el trabajo y una presencia misericordiosa en la comunidad. Solo así podremos tener la valentía de ser "una Iglesia con el Evangelio en las manos y con nuestros hermanos en el corazón".

Cierre de las demás Puertas Santas
La Puerta Santa de la Basílica Liberiana fue la primera de las Puertas Santas de las basílicas papales en cerrarse. La mañana del sábado 27 de diciembre, le tocará el turno a San Juan de Letrán, mientras que, al día siguiente, domingo 28 de diciembre, festividad de la Sagrada Familia, le tocará el turno a San Pablo Extramuros. Los ritos serán presididos por los respectivos arciprestes, el cardenal Baldassare Reina y el cardenal James Michael Harvey.

El papa León XIV cerrará la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro el 6 de enero, solemnidad de la Epifanía del Señor.+