Desde el comienzo de la guerra, Cáritas Jerusalén multiplicó su trabajo en Tierra Santa, gracias a sus 150 trabajadores y la ayuda internacional.
Tras varios días de violencia y más de mil víctimas, el arzobispo de Homs, Mons. Jacques Mourad considera que "para que haya paz hace falta la presencia internacional y que se levanten las sanciones".
Mons. Shao Zhumin, obispo de Whenzhou, arrestado a principios de este mes por negarse a pagar una multa de unos 25 mil euros por celebrar una misa en la apertura del Año Santo.
La fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) advirtió que decenas de cristianos pueden encontrarse entre las más de 800 víctimas de la última oleada de violencia desatada en el oeste de Siria.