El arzobispo de Buenos Aires llamó a unirse en función de "generar estructuras nuevas para un país más justo" y construido entre todos.
"La hora de la Pascua es la hora de la prueba; la hora de la Pascua es la hora de la entrega verdadera, no de mentirita, no de la apariencia", preciso el arzobispo de Mendoza.
"Que las utopías de los buenos hagan retroceder a las fuerzas del mal", pidió el arzobispo, en relación con casos que han quedado impunes, como los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA.
A poco de la Pascua, el obispo de San Isidro recordó que, para seguirlo al Señor en la cruz, hay que "mirar las cruces" de tantos hermanos y apoyarlos, poniéndose a su servicio de verdad.