El obispo de Río Cuarto meditó sobre el Evangelio de la Transfiguración y animó a vivir la Cuaresma con esperanza, como un tiempo de lucha y de preparación para la Pascua.
"¿Cuánta ha sido la nobleza de nuestro corazón ante un Dios que nos reclamaba más, porque probablemente nuestra fe nunca había sido del todo fuerte o firme?", se preguntó el arzobispo de Mendoza.
Es la sugerencia que hizo el arzobispo de Buenos Aires para cuando la vida se hace "cuesta arriba" y nos gana la tentación de abandonar y dejar que "la pendiente nos arrastre".
El presidente del Episcopado consideró que, en este momento de "dificultades" y "con los extremos de pobreza que se están viviendo, solo se puede salir adelante escuchándonos y respetándonos".