El obispo emérito de San Isidro consideró que es una tarea diaria y expresó un deseo: "La Patria nuestra merece un país en el que cada persona se vea respetada en su dignidad".
"Es el espíritu de Jesús que se da por entero para nuestra salvación, que se brinda por amor a cada ser humano, por amor por vos y por mí, aunque le demos la espalda", recordó el arzobispo de Rosario.