Hubo espacios de reflexión, adoración, conformación de grupos, misión en los barrios y hogares de ancianos, bendiciones y diversas actividades recreativas. Participaron 220 misioneros.
La misión se realizó el último fin de semana, por decanatos. "Fue un compartir a Cristo a los hermanos", aseguró el prelado, y valoró ese "modo de hacer presente la vida de Dios en nuestro pueblo".
Lo inició con la peregrinación a Luján. Renovadas acciones misioneras en las comunidades y tres acciones: regalar una Biblia, peregrinar a un santuario mariano y recibir la réplica de la Virgen.
El arzobispo presidió la misa que cerró la misión de jóvenes que llegó a su fin el domingo 6 de febrero, tras una semana de actividad apostólica en distintos centros.