Mons. Marcelo Colombo destacó que esa vocación es "ícono de la ternura de Dios; modelo de fe y de gozosa esperanza, orante y fruto y expresión de la Iglesia, entendida como una familia".
"Pidámosle a Jesús por nuestras vidas; pidámosle para nuestra patria, en estos momentos difíciles, la serenidad, la energía y la conciencia de ser parte de un pueblo de Dios", animó el arzobispo.
El arzobispo, monseñor Marcelo Colombo, destacó que "esta posibilidad de trabajar juntos, al menos una vez al año, nos hace notar la unidad de la iglesia diocesana y la diversidad".
"Aún en medio de dolores grandes, animándonos a vivir a fondo nuestra fe, podemos transitar en la esperanza, la confianza de que Dios va a hacernos salir adelante", expresó el arzobispo de Mendoza.