En la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, el Santo Padre presidió la celebración Eucarística en la basílica de San Pedro junto con los nuevos Cardenales.
Francisco le rogó a la Virgen María para que abriera los corazones de todos para posibilitar el diálogo que conduzca a una convivencia armónica en el país centroamericano.
El arzobispo sanjuanino aseguró que celebrar esta solemnidad de la Virgen María recuerda a los católicos que "la misión como Iglesia es ser signo de esperanza en medio de un mundo herido".
El Episcopado destaca que la presencia del arzobispo Adalberto Martínez Flores es "motivo de esperanza y una ocasión especial para fortalecer los lazos de fe y fraternidad entre nuestras comunidades"