Mons. Olivera presidió la misa de exequias, en la que pidió que él interceda para que "se transiten caminos donde el amor y la verdad se encuentren y por tanto la justicia y la paz se abracen".
Tenía 93 años y estuvo al frente de esa sede episcopal entre 2002 y 2007. Mons. Santiago Olivera lo recordó como "padre y pastor cercano" de la comunidad castrense.