El pontífice sumó su voz a la de los obispos de Nigeria para condenar el secuestro de 317 niñas, sustraídas de su escuela en Jangebe por unos hombres armados las noche del 25 de febrero.
Un grupo de "bandidos armados", según las autoridades, atacó la iglesia de la Sagrada Familia, en Kaduna, quemándola por completo. No hubo heridos y el gobernador se solidarizó con la comunidad.
Esta decisión fue tomada por la Conferencia Episcopal de Nigeria por unanimidad.
El obispo auxiliar de Owerri (sureste de Nigeria), monseñor Moses Chikwe y el conductor de su auto, secuestrados el 27 de diciembre fueron liberados ayer, confirmó la arquidiócesis de Owerri.