Desde 1965, la Congregación de San Carlos brinda apoyo espiritual y humano a los trabajadores marítimos en la capital argentina.
'Sigan trabajando por el bien del rebaño del Señor', animó el Santo Padre a los obispos de ambas congregaciones al recibirlos en audiencia en el Vaticano.
Francisco reiteró que los migrantes que huyen de la pobreza, de las injusticias y de las guerras deben ser acogidos, acompañados, promovidos e integrados.
Es un espacio para que familias o personas solas, en situación de vulnerabilidad y sin techo, puedan encontrar un refugio temporario, mientras se encamina su proceso de integración en la comunidad.