En su documento final, los casi 800 participantes se comprometieron a ser "Fieles al magisterio social del papa Francisco, que es texto y gesto".
"Las llagas del Salvador siguen abiertas en pobres, enfermos, encarcelados, tratados con injusticia; víctimas de la violencia, el secuestro, la trata, el crimen organizado", advirtió el arzobispo.
"Es un camino de crecimiento para Puerto Rico y toda América", aseguró el responsable de Obras Misionales Pontificias de Puerto Rico
El purpurado participará del acto inaugural por invitación del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño