La conferencia episcopal también advierte sobre la violencia que afecta a musulmanes y a "muchos otros ciudadanos inocentes de diversos orígenes étnicos".
Se trata del padre Wilfred Ezemba, párroco de San Pablo en Agaliga-Efabo, en el estado de Kogi, centro-norte de Nigeria. Desconocidos armados los interceptaron en la ruta Imane-Ogugu.
El templo San José de Pompeo fue víctima de la situación de inseguridad y su párroco, presbítero Marcelo Quintana, llamó a "buscar, entre todos, soluciones viables" para contener este flagelo.
Cansadas de tantos robos en su casa, las misioneras de María Corredentora de la ciudad ecuatoriana de Cuenca, se enfrentaron a los ladrones, los persiguieron y los capturaron.