Francisco expresó además su deseo de que el Año Santo impulse una nueva relación con la naturaleza, "maltratada y herida".
En un telegrama enviado al arzobispo de esa jurisdicción eclesiástica, Francisco subraya su "cercanía espiritual" con quienes sufren por los incendios que azotan la localidad californiana.
"Nadie es inútil, nadie es indigno, cada existencia es un regalo de Dios que debe ser recibido con amor y respeto", afirmó el pontífice en una audiencia en el Vaticano.
Al encontrarse en Roma con los niños de una Clínica de Oncología y Hematología Pediátrica de Polonia, el Papa Francisco los animó a rezar por aquellos que no pueden recibir atención médica.