El padre Daniel Pellizzon fue convocado por el Santo Padre en reemplazo del padre Gonzalo Aemilius.
El arzobispo de Buenos Aires presidió su primera misa dominical en la Redonda de Belgrano, donde invitó a aportar por "una vida mejor para todos, porque Jesús nos ama con locura".
En su primer mensaje, el arzobispo de Buenos Aires exhortó a la comunidad a levantar los techos que no permiten soñar, trabajando en equipo y ayudando a quienes están paralizados por la desesperanza.
Fue el pedido que hizo el arzobispo de Buenos Aires al término de la misa de inicio de su ministerio pastoral, en la que agradeció a los que siempre estuvieron cerca suyo y lo alentaron en la vida.