En un telegrama de condolencias, el Papa lo recordó como "un pastor firme en la fe y un predicador intrépido del Evangelio". El arzobispo emérito de Praga falleció el 4 de noviembre a los 84 años.
El arzobispo emérito de Praga fue uno de los intelectuales católicos más destacados de la República Checa. Bajo el régimen comunista, ejerció su ministerio desde la clandestinidad y estuvo preso.
Un nuevo acuerdo entre ambos Estados reconoce el derecho de la Iglesia Católica a autogobernarse, y reafirma la libertad de conciencia, pensamiento y religión para todas las personas.
En Praga, la capital de la República Checa, una monumental columna en la Plaza de la Ciudad Vieja vuelve a exhibir la imagen de la Virgen María demolida por una multitud en 1918.