Miles de personas en diez ciudades del país salieron a las calles y marcharon en apoyo al ginecólogo Leandro Rodríguez Lastra, quien fue condenado en Río Negro por negarse a practicar un aborto y optó por salvar las dos vidas. En Buenos Aires, la movilización desde la Plaza de Mayo al Congreso de la Nación, fue multitudinaria y contó con la presencia del médico condenado por su opción provida.
Monseñor Héctor Aguer, arzobispo emérito de La Plata, académico de número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, se comunicó con el doctor Leandro Rodríguez Lastra, para felicitarlo por su opción por las dos vidas aduciendo "razones científicas y de conciencia" y destacó que el médico espera la decisión condenatoria "con gran temple y la decisión de apelar".
El doctor Nicolás Laferriere, miembro del Centro de Bioética, Persona y Familia, advirtió que la condena injusta al médico Leandro Rodríguez Lastra, que salvó la vida de la madre y del niño por nacer, reabrió el debate sobre la cuestión decisiva de la objeción de conciencia de los profesionales de la salud. "La objeción de conciencia es un derecho y un deber para los médicos católicos", subrayó en un artículo.
Distintas agrupaciones firmaron ayer un compromiso por la vida y la familia en la sede del Partido Demócrata Cristiano porteño, donde brindaron un reconocimiento al doctor Leandro Rodríguez Lastra "por haber salvado las dos vidas en su lugar de trabajo, con profesionalidad y cumpliendo su juramento hipocrático, todo con la mayor felicidad". Hablaron el presidente de ese partido, doctor Carlos Traboulsi, abogado penalista; la abogada Alejandra Muchart y la médica Ana María Parini. "Salvar vidas no es delito", dijo el doctor Rodríguez Lastra, que fue saludado con vivo afecto por los asistentes.