En su reflexión para el tercer domingo de Adviento, el obispo emérito de San Isidro aseguró que el Evangelio "se transmite precisamente a través de una vida marcada por la plenitud interior".
"Pidamos que esta Navidad vuelva a traernos al corazón esa alegría de Aquel que está contento con nosotros y que viene a quemarnos con su fuego el corazón", dijo el obispo de Neuquén.
El administrador apostólico de La Plata afirmó que este camino de preparación para la Navidad "es un tiempo de esperanza, de serenidad", y animó a "penetrar profundamente en la ternura del pesebre".
En la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María y segundo domingo de Adviento, Francisco invitó a "imitar a María, porque en ella lo humano y lo divino se encuentran".