El arzobispo invitó a vivir el Adviento con apertura a la novedad de Dios, un camino que incluye conversión, austeridad y la decisión de acoger fraternalmente a los demás.
"Es un pecado grave de omisión ocultar o negar la presencia de Cristo - Evangelio del Padre - a un mundo que necesita ser salvado por Él", planteó el arzobispo emérito de Corrientes.
En una carta pastoral, el obispo propone la lectura orante de la Biblia hecha individual y comunitariamente, y la conversación espiritual, como camino de discernimiento para este año.
En la audiencia general, Francisco subrayó la finalidad universal del Evangelio. La Buena Nueva no debe ser vista como el privilegio para un pequeño grupo de elegidos, sino que está destinada a todos.