Monseñor Olivera subrayó el valor del plan espiritual del venerable, centrado en la Eucaristía, la Palabra y María, como propuesta accesible para vivir el Evangelio en la vida cotidiana.
Destacó su visión de la empresa como comunidad solidaria, en la que el trabajo, la justicia y la participación de los trabajadores expresan una economía al servicio del bien común y la amistad social.
En la Plaza San Pedro, efectivos de FTA N° 66 que participan en una misión de paz de la ONU compartieron el momento junto al obispo castrense, quien dialogó con el pontífice.
Con el acompañamiento de Mons. Santiago Olivera, cinco jóvenes compartieron tres días de oración, discernimiento y diálogo en el Seminario Diocesano castrense.