Corpus Christi: la gran fiesta de la Eucaristía
- 24 de junio, 2025
- Buenos Aires (AICA)
En el marco del Año Santo Jubilar, miles de fieles y comunidades del país se unieron para celebrar la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo, reafirmando su fe eucarística.

En el marco del Año Santo Jubilar, la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo reunió a los fieles y comunidades de parroquias, capillas, movimientos, instituciones laicas, pastorales, congregaciones religiosas y colegios, entre otros miembros, que se congregaron para celebrar y adorar el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad del Señor.
"Ojalá tengamos un profundo amor a la Eucaristía, un profundo cuidado y respeto a la Eucaristía. Pero que no sea un amor y un respeto a la distancia, sino muy cercano y activo, de participación activa. Y que sea desde la Eucaristía también donde saquemos la fuerza para levantarnos cuando nos caemos a causa de nuestra debilidad. Que Jesús reine en nuestros corazones, que la Eucaristía sea nuestro alimento y que sea el alimento para que todos vayamos a salir a la misión y testimoniarlo, y construir un mundo distinto, ser testigos del Reino", animó el obispo de San Luis, monseñor Gabriel Barba.
Monseñor Ernesto Giobando SJ, obispo de Mar del Plata, expresó: "Somos nosotros quienes tenemos que dar de comer a la multitud, y ante tantas necesidades nos sentimos muy cortos de bienes y de ayuda concreta, pero está Jesús y eso cambia todo". Señaló que, precisamente, el milagro está en compartir: "Queremos compartir nuestra fe en Jesús Eucaristía, misterio de amor y de unidad que se renueva en cada misa que celebramos". Concluyó invitando a "compartir" y "dialogar" en pequeños grupos, en torno a la Palabra y a la Eucaristía.
El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, aseguró que "la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo es momento para profundizar sobre el sentido de la Eucaristía y la trascendencia que la comunión tiene para nuestra vida comunitaria y eclesial". Además, pidió no dejar de rezar por el aumento de vocaciones: "Siendo comunidades que favorecen y ayudan a la escucha y a la propuesta vocacional? ¡Seamos cultivadores de vocaciones!". Ver más.
"Es muy importante que esto también lo recordemos: Jesús está presente en toda la celebración de la misa: nos enseña con su Palabra y nos alimenta con su Cuerpo y con su Sangre", recordó monseñor Gustavo Zurbriggen, obispo de Concordia. "Siempre es así: en la adoración eucarística prolongamos el encuentro y la comunión con Jesucristo realizada en la celebración de la misa", aseguró.
Monseñor Héctor Zordán MSsCc, obispo de Gualeguaychú, planteó: "La Eucaristía no es sólo venir y ser espectadores, sino venir a celebrar algo que sigue presente, sigue prolongándose y que es nuestra salvación, la vida nueva de Jesús que nos regaló en la Pascua. Tendríamos que dejarnos sorprender por este misterio, pero venir preparados para encontrarnos con ella". Ver más.
Monseñor Sergio Buenanueva recordó las palabras del beato Carlo Acutis, para el que "la Eucaristía era su autopista al cielo". "Bajo la forma de pan y del vino, que son signos solamente, se ocultan preciosas realidades. Su carne es comida, y su sangre, bebida, pero bajo cada uno de esto signos, está Cristo todo entero. Se lo recibe íntegramente, sin que nadie pueda dividirlo ni quebrarlo ni partirlo...", reflexionó el obispo de San Francisco.
El obispo de San Isidro, monseñor Guillermo Caride, expresó: "Este pan es presencia pascual, dónde el Señor en su amor abrazó todas las cosas que hieren la vida humana, su cuerpo es un cuerpo traspasado, pero el amor del Padre lo ha rescatado de la muerte, El amor de Dios transforma todas la situaciones de mal y de muerte en la Pascua. Él nos regala su promesa, participar de su pascua, Él nos quiere regalar vida eterna, hacernos participar de su gozo".
"Cuando se comparte la mesa, el pan alcanza para todos", destacó monseñor José María Rossi OP, obispo emérito de Concepción, quien presidió la Eucaristía en la catedral de Goya. El prelado invitó a que, como Iglesia, "seamos la gran familia de Dios y así nosotros también nos reunimos en grupo, en comunidad, en familia para compartir el pan que es Jesús y para compartir su Palabra".
Monseñor Marcelo Mazzitelli, administrador apostólico de San Rafael, invitó a contemplar la Eucaristía como el gran don del amor de Dios que se parte y se reparte para sanar, reunir y enviar: "Es Jesús quien, acercándose al pozo de nuestras vidas, sacia nuestra sed más profunda de eternidad. Desde esa certeza, el llamado es claro: ser discípulos eucarísticos, hombres y mujeres que se dejan transformar para vivir como don para los demás. La adoración, inseparable de la celebración, nos enseña a vivir una relación de amor que mira, confía y se entrega". Ver más.
El obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi, manifestó: "En el Santísimo Sacramento de su cuerpo y sangre, Jesús sigue entre nosotros para alimentarnos con el pan que da la vida verdadera, la vida para siempre". "La presencia del Señor en nuestra vida como alimento, reaviva el don de nuestra fe y nos llama a llevar una vida, una existencia, toda ella eucarística en la donación, la entrega, la capacidad de compartir, de compasión, de obras de amor", subrayó.
En Catamarca, el presbítero Víctor Hugo Vizcarra, párroco de la iglesia Espíritu Santo, expresó sobre este misterio central de nuestra fe: "El nombre es lo que nos identifica y nos define, y el nombre de Jesús quiere decir 'Dios salva'. Entonces, en primer lugar, es importante tener una relación personal con Jesús, porque de lo contrario podemos creer que la vida de la fe es cumplir normas, ritos, ciertas exigencias sociales... y en nada de eso surge la persona de Jesús". "Jesús es presencia divina, está en cada misa, está en cada sagrario, es el Vecino más importante de nuestro barrio, de nuestra ciudad. Dios está con nosotros", resaltó.+