Mons. Colombo llamó a vivir un Adviento misionero y esperanzado
- 14 de diciembre, 2025
- Mendoza (AICA)
Al presidir la Eucaristía en la parroquia Santa Cruz de Las Heras, invitó a reconocer los signos de la presencia salvadora de Dios y a preparar el corazón propio y el de los demás para la Navidad.
El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Colombo, presidió la misa dominical en la parroquia Santa Cruz, de la localidad mendocina de Las Heras, donde exhortó a los fieles a vivir este tiempo litúrgico como una espera activa, marcada por la esperanza, la paciencia y el compromiso misionero.
En su homilía, el pastor mendocino destacó las lecturas bíblicas del día, comenzando por el profeta Isaías, cuyas visiones -señaló- anuncian con alegría la llegada del Mesías. Explicó que los signos mesiánicos no se limitan a fenómenos extraordinarios, sino que se expresan concretamente en la transformación de las personas: los ciegos que ven, los paralíticos que caminan y los sordos que oyen, como anticipo de una humanidad renovada por la acción de Dios.
Luego, monseñor Colombo se refirió a la exhortación del apóstol Santiago, quien invita a la paciencia y a la confianza en la venida del Señor. Subrayó que esta actitud fortalece interiormente, ayudando a vivir con mayor equilibrio y serenidad frente a las dificultades de la vida cotidiana.
Coherencia, austeridad y valentía
Al detenerse en el Evangelio, el arzobispo resaltó la figura de san Juan el Bautista, presentado por Jesús como un auténtico profeta. Valoró su coherencia, austeridad y valentía, recordando que su fidelidad a la misión lo llevó incluso a la cárcel. En ese contexto, explicó que Jesús reconoce y honra su camino, confirmando que su tarea ha dado fruto al preparar al pueblo para el encuentro con el Mesías.
Monseñor Colombo señaló que los signos que Jesús ofrece como respuesta a las inquietudes del Bautista están en plena continuidad con el anuncio de Isaías: la sanación, la restauración de la dignidad humana y la posibilidad de una vida nueva en Cristo, expresada incluso en la resurrección como horizonte de plenitud.
El arzobispo invitó a la comunidad a asumir el llamado del Adviento a ser mensajeros de Jesús, no sólo preparando el propio corazón, sino también el de quienes están cerca. Advirtió sobre el riesgo de vivir este tiempo distraídos o agobiados, y animó a anunciar la venida del Señor para que la Navidad no sea reducida a un simple rito.
En ese sentido, destacó la misión diocesana como una herramienta concreta para un Adviento solidario y esperanzado, especialmente entre los más pobres, los desanimados y los que sufren.
El arzobispo mendocino concluyó pidiendo que este tiempo sea una oportunidad para renovar la vida cristiana y escuchar, al final del camino, las palabras del Señor: "Misión cumplida".+
