Lunes 29 de diciembre de 2025

Mons. Martín: 'Somos peregrinos de eternidad, anclados en Jesucristo'

  • 30 de diciembre, 2025
  • Rosario (Santa Fe) (AICA)
Al clausurar el Año Jubilar, el arzobispo de Rosario agradeció los frutos de gracia recibidos e invitó a fortalecer la vida comunitaria y familiar como testimonio de esperanza cristiana.
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En la fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín, presidió la misa de clausura del Año Jubilar 2025, vivido bajo el signo de la esperanza que "no defrauda", porque nace del amor de Dios derramado en los corazones por el Espíritu Santo.

En su homilía, el arzobispo rosarino recordó que el Jubileo estuvo acompañado por el signo de la cruz, expresión del amor infinito de Dios manifestado en Cristo. Señaló que este Año Santo fue un tiempo de gracia, en el que la Iglesia ofreció abundantemente la misericordia divina y ayudó a redescubrir el sentido del peregrinar cristiano, como lo expresó el lema jubilar: "Peregrinos de esperanza".

Monseñor Martín subrayó que la esperanza cristiana tiene una dimensión trascendente: los creyentes son peregrinos de eternidad, llamados a poner el ancla de la propia vida en el cielo, firmemente anclados en Jesucristo. En una cultura "rica en medios pero pobre en fines", exhortó a dar testimonio de que Cristo es el camino, la verdad y la vida, y el destino último de la humanidad.

Iglesia, pueblo que camina unido hacia la Vida eterna
El arzobispo agradeció a Dios por los abundantes frutos del Jubileo y destacó la participación de numerosos fieles que peregrinaron a los templos jubilares con espíritu de conversión y reconciliación. Mencionó los distintos jubileos celebrados por áreas pastorales, movimientos y asociaciones, y resaltó especialmente el Jubileo en las cárceles como un fuerte signo de esperanza.

Al referirse a la vida eclesial, afirmó que la esperanza es una virtud personal y comunitaria, y que la Iglesia, como Pueblo y Familia de Dios, es respuesta al individualismo y a la fragmentación social. En ese marco, invitó a profundizar un estilo sinodal, caminando juntos y fortaleciendo la vida cristiana de las comunidades parroquiales, de la vida consagrada, de los movimientos y de las familias.

Finalmente, al contemplar a la Sagrada Familia como modelo, monseñor Martín alentó a trabajar por la unidad, la fidelidad y la fecundidad de las familias, animando a las jóvenes parejas a acoger la vida como signo de esperanza. Encomendó a toda la arquidiócesis a la intercesión de María del Rosario, Madre de la esperanza, para seguir caminando juntos, sostenidos por la alegría que nace de la fe.+