León XIV recordó a los mártires de Chimbote
- 6 de diciembre, 2025
- Chimbote (Perú) (AICA)
Con motivo del X aniversario de la beatificación de los mártires de Chimbote, en Perú, el Papa destacó su testimonio, como un llamado a la unidad y a la misión en la Iglesia.
Mensaje del Papa en el décimo aniversario de la beatificación de los mártires de Chimbote
El papa León XIV envió un mensaje a la diócesis de Chimbote, Perú, con motivo del X aniversario de la beatificación de los mártires Michal Tomaszek, Zbigniew Strzalkowski y Alessandro Dordi, "Deseo unirme a la gratitud de la Iglesia en Perú, en Polonia, en Italia y en otros tantos lugares donde su recuerdo permanece como estímulo de fidelidad", manifestó el Papa.
"Estos tres sacerdotes misioneros compartieron la vida de sus comunidades, celebrando la Eucaristía y administrando los sacramentos, organizando la catequesis y sosteniendo la caridad en contextos de pobreza y violencia. En 1991, tras haber decidido permanecer donde desempeñaban su ministerio y en medio del rebaño como auténticos pastores, fueron asesinados por odio a la fe", recordó el pontífice en su mensaje.
Sacerdotes mártires
Los mártires de Chimbote menciona el Santo Padre, "eran tres sacerdotes claramente distintos: dos jóvenes frailes franciscanos polacos y un presbítero diocesano italiano. Llevaban consigo lenguas, culturas, formaciones, carismas, espiritualidades y modos de proceder diferentes. Cada cual tenía una manera única de acercarse a las personas y de vivir el ministerio".

"Pero en el Perú -continúa el Papa- esa diversidad no generó distancia; al contrario, se volvió un aporte. En Pariacoto y en la región del Santa compartieron el mismo celo, la misma entrega y el mismo amor a la gente -particularmente a los más necesitados- llevando en el corazón, con afecto pastoral, las preocupaciones y los sufrimientos de los habitantes de esas tierras".
León XIV destacó en el testimonio de estos beatos "la comunión que nace cuando historias tan distintas se dejan reunir por Cristo y en Cristo, de modo que lo que cada uno es y aporta -sin dejar de ser propio- termina confluyendo en un único testimonio del Evangelio para el bien y la edificación del pueblo de Dios".
Un llamado a la unidad y la misión
El Santo Padre consideró en su mensaje "que sus vidas, así como su martirio, pueden ser hoy una llamada a la unidad y a la misión para la Iglesia universal. En un tiempo marcado por sensibilidades diversas en el que con facilidad se cae en dicotomías o dialécticas estériles, los beatos de Chimbote nos recuerdan que el Señor es capaz de unir lo que nuestra lógica humana tiende a separar".
"La sangre de los mártires -indicó León XIV- no se derramó al servicio de proyectos o ideas personales, sino como una única entrega de amor al Señor y a su pueblo" y exhortó ante los desafíos pastorales y culturales, "volver a Jesucristo como medida de nuestras opciones, de nuestras palabras y de nuestras prioridades. Volver a Él con aquella firmeza del corazón que no retrocede, ni siquiera cuando la fidelidad al Evangelio reclama el don de la propia vida".
"Exhorto a las comunidades que acogieron a estos mártires a que continúen hoy la misión por la que ellos dieron su vida, la de anunciar a Jesús con palabras y con obras, manteniendo la fe en medio de las dificultades, sirviendo con humildad a los más frágiles y manteniendo encendida la esperanza incluso cuando la realidad se vuelve ardua", escribió el Papa.
¡No teman la llamada del Señor!
Y concluye dirigiéndose a los jóvenes del Perú, a los de Polonia, de Italia y del mundo entero: "El testimonio de los mártires de Chimbote muestra que la vida da frutos en la medida en que se abre a la llamada de Dios".
"Jóvenes, ¡no teman la llamada del Señor! Sea al sacerdocio, a la vida consagrada o incluso a la misión ad gentes, para ir allí donde Cristo aún no es conocido", invita el Papa.
Finaliza el pontífice con un llamado a los sacerdotes jóvenes "a considerar con generosidad la posibilidad de ofrecerse como fidei donum"; y motivando a los obispos "a sostener el ardor de los sacerdotes jóvenes y a socorrer a las Iglesias más necesitadas mediante el envío fraterno de ministros que prolonguen la caridad pastoral de Cristo allí donde más se requiere".+
