Mons. García Cuerva: 'Volar alto significa recuperar sueños'

En la fiesta patronal de Nuestra Señora de Loreto, el arzobispo llamó a la comunidad a encarnar sus ideales y hacer de la parroquia un espacio inclusivo, fraterno y comprometido con los más vulnerable

La comunidad de Nuestra Señora de Loreto, en el barrio porteño de Palermo, celebró el 10 de diciembre su fiesta patronal con una Eucaristía presidida por el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva. El encuentro estuvo marcado por un clima de alegría, fraternidad y profunda reflexión ante el tiempo de Navidad.

En su homilía, el arzobispo destacó el significado de la encarnación: "Termina el Evangelio diciendo 'Y el ángel se alejó', y Él se acercó y se encarnó. Dios se hizo uno de nosotros en el vientre de María, un Dios enamorado de la humanidad. Eso celebramos en la Navidad: un Dios que comparte nuestra vida, menos el pecado".

"Volar alto" y "aterrizar": un camino comunitario
Apelando al lenguaje aeronáutico propio de Loreto, patrona de la Fuerza Aérea, monseñor García Cuerva recordó su invitación del año anterior: "Los animaba a despegar, a volar alto como comunidad. Volar alto significa recuperar sueños, fijar ideales y proponerse metas".

Sin embargo, este año planteó un nuevo movimiento espiritual: "Hoy tenemos que aterrizar. Aceptar este segundo aspecto ligado a la encarnación". Y profundizó: "Así como Dios se hizo uno de nosotros en el seno de María, así como esa casa llevada por los ángeles se quedó en Loreto, nosotros también queremos que nuestros sueños y esa vocación de ser casa de todos se expresen en lo concreto".

Loreto, espacio de encuentro y abrazo fraterno
El arzobispo porteño invitó a pensar la comunidad como un lugar en el que todos tengan un sitio: "¿Por qué no pensar que Loreto es un lugar de encuentro en la diversidad?". Comparó a la parroquia con un aeropuerto en el que cada persona pueda recibir "la buena noticia del Evangelio, un ejemplo de caridad, un abrazo de ternura. Que quien pase por aquí se lleve a Dios que escucha y salva".

Asimismo, alentó a abrir las puertas especialmente a quienes viven en los márgenes: "Que acá también sean bienvenidos todos los que están del otro lado, los marginados, discriminados o rechazados. Queremos aterrizar en la realidad concreta siendo testigos de Jesús, sintiéndonos una gran familia que recibe, acompaña y sirve a los que más sufren".

"En tu corazón, María, siempre hay lugar para uno más"
Al finalizar, monseñor García Cuerva dirigió su mirada a la imagen de la Virgen de Loreto y concluyó: "En tu corazón, María, todos tenemos un lugar. Que nuestra comunidad sea como ese gran corazón en el que siempre hay sitio para uno más".

La celebración dejó resonando el doble llamado a soñar en grande y, al mismo tiempo, encarnar esos sueños en gestos concretos de caridad, hospitalidad y comunión.+