Lunes 16 de junio de 2025

Ascensión del Señor: celebración y esperanza en el corazón herido de Tierra Santa

  • 29 de mayo, 2025
  • Jerusalén (Tierra Santa) (AICA)
Los frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa se reunieron en el Monte de los Olivos, con motivo de la solemnidad de la Ascensión del Señor con "una mirada compasiva hacia Gaza".
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Los frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa se reunieron desde la noche del miércoles 28 de mayo en el Monte de los Olivos, cerca de Jerusalén, para celebrar la solemnidad de la Ascensión del Señor.

Este año la celebración tuvo un significado "aún más profundo" centrando la mirada sobre la situación que están viviendo los hermanos en Gaza.

"Estamos presenciando un signo de comunión: todas las Iglesias de Jerusalén están reunidas y unidas en la celebración de la Ascensión. Un signo fuerte y profético que nos recuerda que la unidad es posible y es un testimonio vivo del Evangelio en el corazón de Tierra Santa", enfatizó el vicario de la Custodia, fray Ibrahim Faltas OFM, quien presidió la Eucaristía.

Las celebraciones comenzaron a primera hora de la tarde con la entrada solemne del vicario en la Capilla de la Ascensión. A continuación, se rezaron las vísperas, presididas por el padre Faltas y los frailes cantaron las Letanías de los Santos en procesión, dando tres vueltas al edículo de los Cruzados.


La vigilia continuó durante la noche con el Oficio de Lecturas, seguido de la celebración de varias misas en la capilla. A las 5, la solemne celebración eucarística fue presidida nuevamente por el padre Ibrahim, esta vez al aire libre, en presencia de un nutrido grupo de fieles.

"Aquí, en el Monte de los Olivos, lugar de la subida de Jesús al cielo, nuestra mirada se eleva hacia lo alto, pero nuestro corazón permanece anclado en la tierra, tierra amada, herida y esperada", comenzó el vicario en su homilía.

El significado profundo de la fiesta
La solemnidad de la Ascensión conlleva un profundo significado que conmueve profundamente a todos los cristianos. "La Ascensión no es solo un acontecimiento", señaló el fraile franciscano y precisó: "Es un misterio que nos interpela. Es el sello de la misión de Cristo y, al mismo tiempo, el punto de partida de la misión de la Iglesia. 'Donde yo esté, allí estará también mi siervo'. La Ascensión es una promesa: nuestra humanidad está llamada al cielo, nuestra carne es acogida en la Trinidad, nuestras heridas son envueltas en la luz eterna".

Una mirada compasiva hacia Gaza
En un momento de la celebración litúrgica, el vicario de la Custodia de Tierra Santa centró su atención en la dramática realidad de Gaza: "Pero hoy, mientras el Evangelio nos invita a mirar hacia arriba, la realidad nos arrastra hacia abajo. Pienso en Gaza, destruida y así, desde esta altura sagrada, nos preguntamos espontáneamente: ¿dónde está Dios cuando el hombre destruye lo que ha creado?".

"Cuando el dolor y el sufrimiento parecen prevalecer, la vocación cristiana es traer el Cielo a la Tierra, enfatizó el sacerdote.

"Estamos llamados a traer el Cielo a la Tierra, a sembrar semillas de paz precisamente donde todo parece perdido. Aquí en Tierra Santa, este llamado es más urgente que nunca: caminar contracorriente, elegir la fraternidad, buscar el rostro del otro incluso cuando parezca imposible. Debemos trabajar en la búsqueda y construcción de la unidad".



El santuario original, probablemente del siglo IV, fue destruido, pero posteriormente reconstruido por los cruzados como una pequeña estructura octogonal (edículo) con techo abierto.

En 1198, cuando los emisarios de Saladino adquirieron el lugar, los musulmanes lo completaron añadiendo una cúpula. Desde entonces, el lugar ha sido propiedad del Waqf islámico de Jerusalén y se utiliza como mezquita, aunque ya no es un lugar de culto activo.+