Miércoles 17 de diciembre de 2025

Dios se comunica enviando mensajeros

  • 16 de diciembre, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
Así se expresó el presbítero Jorge Oesterheld en la misa por los 62 años del Club Gente de Prensa que presidió en la iglesia Santa Catalina de Siena.
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En la misa de acción de gracias por los 62 años del Club Gente de Prensa, que presidió el viernes 12 de diciembre en la iglesia Santa Catalina de Siena, San Martín y Viamonte, el presbítero Jorge Oesterheld dijo que "Dios se comunica enviando mensajeros, no mensajes. Los mensajes de Dios siempre llegan a través de personas. El mensajero, que hoy llamaríamos el comunicador, es el que lleva la buena noticia".

Al comentar el Evangelio en que el ángel anuncia a María que va a ser la madre de Dios, el sacerdote especificó que el ángel es el mensajero. Y subrayó: "Dios se comunica con comunicadores, no con comunicados. Y esa manera de transmitir la buena noticia a través de mensajeros acompaña toda la historia de la salvación".

El presbítero Oesterheld fue responsable de prensa de la Conferencia Episcopal y ha participado en medios gráficos, radiales y televisivos. Concelebró con él la misa el padre Sante Cervellin C.S.sacerdote scalabriniano que dirige el periódicoVoce d'Italia.

Asistieron a la misa del Club Gente de Prensa unas 30 personas, además de los asistentes habituales a esa iglesia céntrica, y luego quince compartieron un almuerzo al aire libre en el jardín rodeado por el antiguo claustro del convento de Santa Catalina.

"El encuentro con Dios es un encuentro que hace posible la respuesta y también la pregunta, el diálogo -dijo el P. Oesterheld-. Nuestra oración es un diálogo de un Dios que viene a nuestro encuentro y en donde nosotros podemos responder y preguntar."

"No es un Dios que manda un mensaje: hay que obedecer y se acabó la historia. Es un Dios que nos busca para un vínculo, en María, en la Iglesia, en cada uno de nosotros", dijo.


Periodistas fallecidos
En las intenciones de la misa se pidió por socios y amigos del Club Gente de Prensa fallecidos en el último año:

Armando Puente, fallecido a los 97 años en Madrid, donde fue corresponsal de la agencia France Presse, de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA), de Primera Plana, Siete Días y otras publicaciones argentinas;

Inés Isabel Farías, fallecida a los 84 años en Río Cuarto, donde tuvo a su cargo el Archivo Histórico Franciscano; archivista, periodista y profesora universitaria;

Honorio Rey, fallecido a los 88 años, que fue director de la revista Ciudad Nueva, donde trabajó más de 40 años, del Movimiento de los Focolares; y

Luis Pedro Tonifallecido a los 91 años,que en 1966 fundó la revista Reporter del Espectáculo, que mantuvo en versión on line hasta su muerte; periodista especializado en cine, teatro, radio y televisión, se desempeñó en el diario La Razón (entre 1958 y 1984), el canal 9, Radio 10, Radio Rivadavia y otros medios..

También se rezó por el primer presidente del Club, Luis Gil Montoya; por Pedro Siwak, Gabriel Castori y los demás fundadores y socios fallecidos. Y por los miembros del Club "para que busquen servir a la verdad y desarrollar su misión con rectitud".

Fundado en 1963
El Club Gente de Prensa fue fundado el 13 de diciembre de 1963 por un grupo de profesores y de jóvenes recién graduados de la Escuela Superior de Periodismo del Instituto Grafotécnico, animados por su fe católica para mejorar su desempeño profesional y promover la formación cultural, técnica y moral de los periodistas.

En 1972 su estatuto manifestó el objetivo de "agrupar a los periodistas cristianos que deseen vincularse entre sí y aumentar su capacitación para asumir el compromiso de ejercer su profesión según los principios de la Iglesia Católica".

En la misa del 12 de diciembre estuvo uno de los fundadores, José Ignacio López, académico nacional de Periodismo, que fue vocero presidencial y ha desplegado una reconocida trayectoria en medios gráficos, radio y televisión.

Participaron de la celebración Jorge Rouillon, actual presidente; Marta Noce, Sergio Rubin, Pablo Demkow, Víctor Balseiro, Marita Sagardoyburu, Carlos Hartmann y otros periodistas socios y amigos de la entidad.

Desde su fundación han presidido el Club Gente de Prensa Luis Gil Montoya, Enrique Mario Mayochi, Miguel Woites, Renato Ciruzzi, Juan Danilo Bernardo, Bernardo Goncalves Borrega, Juan Gabriel Burnet Merlin, Juan Esteban Ezcurra, Pedro Siwak, José Ignacio López y Jorge Rouillon.

Texto completo de la homilía
Estamos celebrando con alegría un nuevo aniversario del Club Gente de Prensa que nuclea a los comunicadores de la Iglesia. Lo hacemos en esta casa tan querida y en esta fiesta también tan querida de Nuestra Señora de Guadalupe. Y las lecturas, como no pueden ser de otra manera, nos hablan de María Santísima y nos muestran a María yendo al encuentro de su prima Isabel y el fruto de ese encuentro es la alegría.

María, que lleva a Jesús, es portadora de una alegría incalculable, una alegría que hace saltar de alegría a Juan, el Bautista, que todavía está en el seno de Isabel. La alegría de la fe, la alegría de la presencia de Jesús. Y en María y en este encuentro de mujeres encontramos algunas pistas importantes para quienes estamos en el tema de la comunicación.El Evangelio se transmite persona a persona. Es una alegría que se contagia.

Muy poquito antes se nos narra el momento en el que el ángel anuncia a María que va a ser la madre de Dios.El ángel es el mensajero. Dios se comunica enviando mensajeros, no mensajes. Los mensajes de Dios siempre llegan a través de personas.El mensajero, que hoy en día llamaríamos el comunicador, es el que lleva la buena noticia. Dios se comunica con comunicadores, no con comunicados. Y esa manera de transmitir la buena noticia a través de mensajeros acompaña toda la historia de la salvación.

Esa manera que tiene Dios de llegar a todos nosotros, como llega a María. En el caso de María, con un ángel. Y en el encuentro personal se hace posible la respuesta.Y se hace posible el vínculo. El mensajero anuncia algo y María responde. Y cuando recordamos esta escena, fácilmente recordamos lo que dice el mensajero, que María dijo que sí.Pero antes, María dice, pero ¿cómo puede ser eso?

El encuentro con Dios es un encuentro que hace posible la respuesta y también la pregunta, el diálogo. Nuestra oración es un diálogo de un Dios que viene a nuestro encuentro y en donde nosotros podemos responder y preguntar. María se pregunta y le pregunta al ángel, ¿cómo puede ser eso? Y seguramente no fue la única vez que lo preguntó.

Poco después, cuando el niño nació y vinieron los pastores, seguro que María dijo, ¿y cómo puede ser esto? Y cuando vinieron los reyes malos, ¿cómo puede ser esto? Y cuando el niño después tiene que huir a Egipto, ¿cómo puede ser esto? Y cuando se pierde en el templo? y se dice que María conservaba estas cosas en su corazón y no las entendía, ¿cómo puede ser esto? Y después 30 años ¡en los que no pasa nada! ¿cómo puede ser esto? Y después cuando empieza a predicar las autoridades de su religión, aquella en la que ella creía, lo empiezan a perseguir. ¿Cómo puede ser esto? Toda la vida de María es un sí, después de preguntarse, ¿cómo puede ser esto? Toda nuestra vida es un sí, después de preguntarnos tantas cosas?

Y la maravilla es que Dios se comunica así, con cada uno de nosotros, siempre dejándonos la posibilidad de preguntar, de no saber, de volver a empezar, de arrepentirnos. Sobre esas idas y vueltas se construye un vínculo. Sobre esas idas y vueltas es posible el amor.

No es un Dios que manda un mensaje, hay que obedecer y se acabó la historia. Es un Dios que nos busca para un vínculo, en María, en la Iglesia, en cada uno de nosotros. Es un Dios que quiere comunicarse, establecer algo en común, establecer un vínculo de amor a partir del cual ayudarnos a crecer y a transformar nuestras vidas.

Y al hacerlo así, nos da la pista de cómo tenemos que hacerlo nosotros. La buena noticia de Jesús no se transmite diciendo ¡esto se hace así! Siempre se propone, se deja espacio para la pregunta, para la duda, para otra respuesta, para la posibilidad de decir que sí, o que no.

Y sobre esas idas y vueltas se va armando la comunión, se va armando la comunicación, vamos creciendo como personas. Esto es así desde María Santísima, desde antes cuando comienza la historia de la salvación. Es una historia de comunicación.

Y esto es así hasta nuestros días. Nosotros también caminamos preguntándonos tantas veces cómo puede ser esto. Y otras tantas, si estamos aquí, respondemos como María, que sí. Démosle gracias a María de Guadalupe porque nos enseña a comunicarnos con Dios entre nosotros y a responder todos los días un sí, sencillo, humilde, seguramente pobre, pero sincero y con ganas de servir a Dios.

En este día que le damos gracias a Dios por el trabajo de tanta gente en el Club Gente de Prensa, le damos gracias a Dios por tantos comunicadores que transmiten la buena noticia de la manera que el Señor nos enseñó, proponiendo, esperando, escuchando, generando vínculos que transforman la vida.+