En Adviento, el Card. Rossi llamó a 'preparar el camino del Señor'
- 9 de diciembre, 2025
- Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba invitó a revisar los propios caminos, cultivar el silencio y asumir la conversión personal, inspirado en la figura de Juan el Bautista y en las imágenes que propone la liturgia
Durante la misa del Segundo Domingo de Adviento, el arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Rossi SJ, centró su homilía en la invitación evangélica a la conversión y a la preparación interior. Recordó que, tras el llamado de la liturgia del domingo anterior a "despiértense, levántense, alcen la cabeza", la Palabra ahora propone una consigna directa: "Preparen el camino del Señor".
El cardenal Rossi relacionó esa exhortación con la propia existencia: "La vida es camino. La vida se camina, se transita, se hace huellas, se hace sendero", afirmó. Señaló que preparar ese camino implica ordenar la vida personal, priorizar y dar sentido: "Hacer un alto en el día de todos los días para poder pensar, para poder reflexionar y rezar, sobre los caminos de mi vida".
El arzobispo invitó a cada fiel a interrogarse: "¿Qué caminos estoy recorriendo que me ayudan a estar cerca del Señor? ¿Cuáles no?". Aseguró que por los senderos de la injusticia, la violencia o la indiferencia "no viene el Señor" y animó a reconocer aquello que debe ser cambiado, "allanar los senderos, enderezar lo torcido, rellenar los baches de desesperanza, achatar los montículos de autosuficiencia".
En su reflexión, destacó dos imágenes bíblicas del Adviento: el brote nuevo que surge en un tronco cortado y la convivencia entre animales feroces y mansos, guiados por un niño. Estas figuras, sostuvo, evocan "transparencia, pureza de corazón y limpieza de mirada".
El purpurado dedicó buena parte de su predicación a la figura de Juan el Bautista, protagonista del tiempo de Adviento junto con María. Recordó el diálogo en el que se le pregunta a Juan quién es y él responde remarcando que su misión es señalar al Mesías: "No era la luz, sino su testigo enamorado". El cardenal Rossi subrayó la importancia de estas voces proféticas: "Cuando falten estas voces, el mundo habrá perdido su conciencia".
El arzobispo también propuso que cada creyente se pregunte con sinceridad quién es en verdad, sin "caretas ni tapujos", a la luz de la pregunta dirigida a Juan: "¿Tú quién eres?".
En la parte final de la homilía, invitó a cultivar el silencio propio del Adviento como condición para recibir a Cristo: "El que viene es la palabra hecha carne y el modo de recibir la palabra es hacer silencio". Recordó la tradición de armar el pesebre desde el 8 de diciembre y alentó a dedicar diariamente "un rato para él y solo para él", sin distracciones.
El cardenal Rossi concluyó implorando la gracia de la conversión: "Es tiempo de aplanar indiferencias y que tu gracia nos convierta", y encomendó este camino espiritual a la Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Valle, "un lugar muy seguro para poder rumiar las gracias propias del Adviento y de la Navidad".+
