Martes 30 de diciembre de 2025

Mons. Dus: 'La gracia de Dios es gratuita e incondicional'

  • 30 de diciembre, 2025
  • Resistencia (Chaco) (AICA)
El arzobispo de Resistencia afirmó que el Año Santo de la Esperanza impulsó una fe madura, centrada en la misericordia, la conversión personal y la transformación de la vida cotidiana.
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En el marco de la fiesta de la Sagrada Familia, el arzobispo de Resistencia, monseñor Ramón Dus, presidió en la catedral San Fernando y Santo Cura Brochero la misa de cierre del Año Jubilar, celebrado con el lema "Peregrinos de esperanza".

En su homilía, el arzobispo chaqueño invitó a profundizar el sentido espiritual del Año Santo y a asumir sus frutos en la vida personal y comunitaria.

El prelado recordó que el Jubileo convocado por el papa Francisco fue una fuerte llamada a la conversión del corazón y a la experiencia viva de la misericordia de Dios, entendida no como premio sino como don. En continuidad con esa orientación, señaló que el Año Santo ayudó a redescubrir una fe que no evade las dificultades, sino que las atraviesa sostenida por la presencia del Señor.

Monseñor Dus subrayó que la fe cristiana no ofrece respuestas mágicas a los problemas humanos. "Dios no hace los tiempos difíciles más fáciles, sino que el creyente, animado por su presencia y su gracia, los convierte en una experiencia transformadora de sí y de transformar el presente", expresó y destacó el carácter encarnado y comprometido de la esperanza cristiana.

Al profundizar el mensaje central del Jubileo, el arzobispo afirmó que el perdón y el amor de Dios no responden a lógicas de intercambio.

Los frutos verdaderos del Jubileo
"La gracia de Dios es gratuita, no se compra, es inmerecida, porque justamente es don soberano de Dios; es incondicional", sostuvo, en sintonía con las enseñanzas del papa Francisco.

Según explicó, esta convicción debe quedar como una de las principales herencias espirituales del Año Santo.

Monseñor Dus señaló, además, que el verdadero fruto del Jubileo no se mide por la cantidad de celebraciones o actividades realizadas, sino por el crecimiento de la conciencia de fe del Pueblo de Dios, capaz de vivir con mayor profundidad el Evangelio en la vida cotidiana, en la familia y en la comunidad.

Finalmente, el arzobispo contextualizó el Jubileo dentro del camino de la Iglesia universal, al recordar que este Año Santo, iniciado por el papa Francisco y continuado por el papa León XIV, reafirma una Iglesia que pone en el centro la misericordia, la cercanía pastoral y la esperanza que no defrauda.

En ese horizonte, animó a los fieles a seguir caminando como peregrinos, sosteniendo en la vida diaria la experiencia de gracia recibida durante el Jubileo.+