Un sacerdote de Río Cuarto consagra su vida al silencio y la oración como ermitaño
- 17 de diciembre, 2025
- Río Cuarto (Córdoba) (AICA)
El obispo de Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona FDP, presidió una misa en el eremitorio Nuestra Señora del Signo, donde recibió la profesión religiosa temporal del sacerdote Gerardo Germán Rivetti.
El obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona FDP, presidió una misa en el eremitorio Nuestra Señora del Signo, donde recibió la profesión religiosa temporal del sacerdote Gerardo Germán Rivetti como eremita diocesano.
Este sacerdote de la diócesis de Río Cuarto cuenta con más de 23 años de ministerio sacerdotal. En 2014 fue designado secretario canciller del Obispado de Río Cuarto y párroco del santuario Nuestra Señora del Rosario de Fátima. Desde 2017 reside en el eremitorio Virgen del Signo, ubicado en la zona rural de General Cabrera, sobre la Ruta Provincial E-90, proyecto aprobado en 2016 por monseñor Uriona como espacio de vida contemplativa y oración dentro de la diócesis.
Durante la celebración, el presbítero realizó su profesión en manos del obispo, comprometiéndose por un período inicial de tres años. En su homilía, monseñor Uriona explicó que la vida eremítica es una forma de consagración reconocida por la Iglesia y regulada por el canon 603 del Código de Derecho Canónico, centrada en la entrega radical a Dios mediante los votos de pobreza, castidad y obediencia.
El obispo señaló que esta vocación se caracteriza por un apartamiento más estricto del mundo, el silencio de la soledad, la oración asidua y la penitencia. Aclaró que este estilo de vida no implica un aislamiento absoluto, sino que busca favorecer una unión más profunda con Dios y una intercesión constante por la Iglesia, especialmente por quienes se encuentran más tristes, más solos o alejados de la fe.
Al tratarse de un eremita diocesano, la profesión se realiza ante el obispo local, de quien depende directamente, sin pertenecer a una orden religiosa. Monseñor Uriona indicó que se ha aprobado un Itinerario de Vida que regula los tiempos de silencio, trabajo y penitencia propios de esta vocación.
Si bien la misión principal del eremitorio es la oración contemplativa, el lugar conserva una dimensión de servicio pastoral. Cuenta con una capilla donde se celebran misas y se reciben fieles para confesiones y dirección espiritual en días determinados.
Al finalizar la ceremonia, el sacerdote expresó su agradecimiento a Dios y a monseñor Uriona por el acompañamiento recibido a lo largo de casi nueve años de experiencia en la vida eremítica. Definió su ministerio como una vida dedicada a la alabanza de Dios y a la salvación del mundo a través del silencio y la oración.+
