Viernes 19 de diciembre de 2025

Card. Rossi: la alegría, signo del Adviento

  • 16 de diciembre, 2025
  • Córdoba (AICA)
El arzobispo cordobés centró su homilía en el llamado a la alegría cristiana, entendida como un don que nace de la cercanía de Dios y se vive incluso en medio de las dificultades.
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En el marco del Tercer Domingo de Adviento (Gaudete), el cardenal Ángel Rossi SJ, arzobispo de Córdoba, centró su homilía en el valor de la alegría cristiana, entendida no como evasión de la realidad, sino como una actitud profunda fundada en la cercanía de Dios.

El cardenal Rossi explicó el sentido particular de este domingo dentro del tiempo de Adviento, al señalar que se trata de una pausa en el camino penitencial que anticipa la fiesta del nacimiento de Jesús. "Se llama domingo de Gaudete, significa alégrense", indicó, y recordó que incluso el cambio de color litúrgico expresa ese llamado a la alegría.

En su mensaje, el arzobispo subrayó que la alegría cristiana no ignora el sufrimiento ni las dificultades personales o sociales. "Se trata de una alegría en medio de la lucha de la vida, no de esas alegrías que nos vende a veces el mundo de hoy", afirmó. En ese sentido, advirtió sobre la tentación de renunciar a la alegría ante los problemas y sostuvo: "A pesar de las dificultades, sí me puedo alegrar. Me debo alegrar".

Al reflexionar sobre la carta de san Pablo, el purpurado recordó la insistencia del apóstol: "Estén siempre alegres en el Señor. Se los repito, estén alegres", y destacó que la razón de esa alegría es que "el Señor está cerca", tanto en el tiempo de Adviento como en la vida interior de cada persona.

Una visión espiritual distinta
El cardenal también cuestionó una visión espiritual que asocia fidelidad con sufrimiento permanente. "A veces tenemos la sensación de que uno es más fiel sufriendo que gozando, lo que es una gran mentira", expresó, y afirmó que "el gozo, la alegría es lo más propio del cristiano".

Al referirse al Evangelio del día, el cardenal Rossi se detuvo en la figura de Juan el Bautista, encarcelado y atravesado por la duda, y explicó que Jesús responde no con teorías sino con signos concretos. "Los signos no son el número de miembros, no son los aplausos, sino que la buena noticia ha entrado en el corazón de los pobres", señaló, enumerando la justicia, la misericordia y la inclusión como señales del Reino.

Por último, el arzobispo invitó a los fieles a ser testigos visibles de la presencia de Dios en el mundo: "La gente quiere ver la presencia del Señor en nosotros, en nuestros gestos", y recordó el llamado del papa Francisco a no perder el impulso misionero: "No nos dejemos robar la alegría evangelizadora".

Finalmente, el cardenal Rossi exhortó a asumir la alegría como un don que se comparte. "La alegría es un don: somos consolados para poder consolar", dijo, y confió esta intención a la Virgen María, a quien llamó "la madre de la esperanza". Concluyó retomando el imperativo central de la liturgia: "Alégrense".+