Martes 17 de junio de 2025

Mons. Ojea: 'El Señor nos invita a vivir el amor y el servicio'

  • 21 de mayo, 2025
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
En su reflexión semanal, el obispo emérito de San Isidro recordó que "la gente distingue a los cristianos porque nos amamos como Jesús nos ama".
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En su reflexión semanal, el obispo emérito de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, reflexionó sobre el las lecturas bíblicas. 

"'Ámense los unos a los otros como yo los he amado'. Estas palabras las dice Jesús después del lavatorio de los pies. Cuando se va a Judas se crea como un clima de mayor intimidad entre los apóstoles; entonces él les deja su herencia. La herencia más importante, la caridad. La medida del amor es el amor con que Él nos ama", inició.

"'Como yo los he amado a ustedes, así ustedes deben amarse unos a otros'. Pone muy alta la medida del amor el Señor. Pero este amor no queda encerrado en nosotros mismos, sino que es un amor llamado a dar testimonio. Por eso dice, 'En esto reconocerán que son mis discípulos, en que se aman unos a otros. La caridad es el distintivo de los discípulos de Jesús", destacó.

Tras preguntar "¿podemos decir lo mismo hoy?", planteó: "La gente distingue a los cristianos porque nos amamos como Jesús nos ama. Porque amamos a los demás como Jesús los ama".

"Ayer -continuó- tuve oportunidad de escuchar el testimonio de un muchacho que había pasado por la adicción y es impresionante como después de haber estado tirado en la calle muchísimo tiempo, sintió el afecto de una comunidad que quiso rescatarlo. Se acercaron a él desde el Hogar de Cristo; le preguntaron su nombre, lo abrazaron, lo hicieron sentir digno después de haber pasado por enormes humillaciones en su vida y allí pudo reencontrar su propia dignidad, pudo experimentar que 'en esto reconocerán que son mis discípulos'".

"Es notable la alegría de los que se van recuperando y van ayudando y sosteniendo a los otros por la caridad a sentirse dignos", profundizó.

Por último, monseñor Ojea animó a pedir: "Que el Señor nos conceda encontrar nuestro modo de expresar el amor, este amor de unos a otros, que el Señor lo enuncia después del lavatorio de los pies, invitándonos a vivir el amor y el servicio como la herencia suprema de su vida".+