El arzobispo cordobés centró su homilía en el llamado a la alegría cristiana, entendida como un don que nace de la cercanía de Dios y se vive incluso en medio de las dificultades.
El arzobispo de Buenos Aires invitó a descubrir motivos de esperanza en medio de las dificultades, a transmitir buenas noticias y a prepararse para la Navidad con un corazón libre.
Al presidir la Eucaristía en la parroquia Santa Cruz de Las Heras, invitó a reconocer los signos de la presencia salvadora de Dios y a preparar el corazón propio y el de los demás para la Navidad.
El arzobispo sanjuanino propone mirar la incertidumbre como parte del camino creyente y llama a reconocer a Cristo en signos concretos de misericordia y esperanza.