Viernes 19 de diciembre de 2025

Meditaciones de Adviento en el Vaticano: no a la tentación de 'quedarse quieto'

  • 19 de diciembre, 2025
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
En su tercer y último sermón de Adviento el predicador de la Casa Pontificia explicó que "la Epifanía nos recuerda que solo quienes emprenden un viaje encuentran el misterio de Cristo".
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El predicador de la Casa Pontificia, fray Roberto Pasolini OFM Cap, dirigió este viernes, al Santo Padre y a los miembros de la Curia Romana, su tercera meditación de Adviento sobre el tema "La universalidad de la salvación. Una esperanza incondicional", centrando su reflexión en la actitud de los Reyes Magos, quienes se atrevieron a abrirse a lo desconocido. Debemos revisar nuestros hábitos misioneros y ayudar a otros a reconocer la luz que ya habita en ellos, custodiar a Cristo para ofrecerlo a todos, la verdadera luz de la Navidad".

"Reconocer la venida de Jesucristo como una luz que hay que acoger, subrayó al comienzo de su sermón, difundir y ofrecer al mundo: este es el desafío que la Navidad y el Jubileo nos invitan a asumir".

El predicador advirtió contra la tentación de "quedarse quieto", un riesgo que "para la Iglesia advierte contornos muy delicados", dijo.

"Vivimos inmersos en un flujo constante de información; investigamos, analizamos y leemos extensamente. Sin embargo, esta abundancia de conocimiento rara vez se corresponde con un compromiso real: sabemos mucho, pero a veces permanecemos distantes, y el conocimiento se convierte en una forma de protegernos de la participación concreta. Así, la información se convierte en un atajo engañoso; nos hace sentir involucrados en los acontecimientos, pero en realidad nos autoriza a permanecer estancados donde estamos", observó.

"Es posible conocer bien la doctrina, preservar la tradición, celebrar la liturgia con cuidado, y aun así permanecer quietos", advirtió y añadió: "Podemos saber muy bien dónde el Señor sigue estando presente -en las periferias, entre los pobres, en las heridas de la historia-, pero sin encontrar la fuerza ni el coraje para avanzar en esa dirección". 

"La Epifanía nos recuerda que solo quienes emprenden un viaje encuentran el misterio de Cristo", explicó Pasolini, basándose en la experiencia de los Magos: "Quienes permanecen inmóviles corren el riesgo de perder la cita con la manifestación de Dios. La verdadera luz solo puede ser recibida si aceptamos gradualmente emerger de nuestras sombras, incluso cuando tienen la apariencia tranquilizadora de la competencia, la institución o la certeza religiosa que hemos adquirido". 

"Para encontrar al Señor, el primer paso es siempre levantarse, dejar atrás nuestros refugios interiores, nuestras certezas, nuestra visión establecida de las cosas", observó el capuchino. 

"Levantarse requiere valentía; significa abandonar el sedentarismo que nos protege, pero nos inmoviliza, aceptar la fatiga del camino, exponernos a la incertidumbre, sin la certeza de lo que aún no está claro. Vivir como si la luz misma llegara antes de que veamos su señal". 

"Mantener la confianza incluso cuando las circunstancias no la justifican del todo, esperando hasta que anochezca. Aceptar la incertidumbre, incluso el riesgo de la decepción, en lugar de quedarnos estancados donde estamos". 

Para Pasolini, "la Iglesia está llamada a moverse, a salir, a acercarse a personas y situaciones distantes, pero también a saber detenerse, a bajar la mirada, a reconocer que no todo le pertenece ni todo puede controlarse": "Solo así el don de la salvación puede universalizarse, en la medida en que la Iglesia esté dispuesta a dejar atrás sus propias certezas y mirar con respeto la vida del mundo, reconociendo que incluso allí, a menudo de maneras inesperadas, emerge algo de la luz de Cristo".+