Primera meditación de Adviento: un tiempo de espera confiada en la Salvación
- 5 de diciembre, 2025
- Ciudad del Vaticano (AICA)
"La Parusía del Señor: Una Esperanza Sin Duda" fue el tema de la primera de las tres meditaciones previas a la Navidad, celebrada en el Aula Pablo VI, a cargo del fraile capuchino Roberto Pasolini.
El P. Roberto Pasolini, predicador papal, durante su primera meditación de Adviento (Vatican Media)
El predicador papal, fray Roberto Pasolini OFM Cap., pronunció este viernes 5 de diciembre su primer sermón de Adviento. El lema: "La Parusía del Señor. Una espera sin duda".
El mensaje central fue la invitación a aprovechar el Adviento "para hacer el bien continuamente, y no solo ocasionalmente, y esperar sin dudar la venida de nuestro Señor Jesucristo, fieles a la gracia de su Evangelio".
Ante el papa León XIV y la Curia Romana, reunidos en el Aula Pablo VI, el predicador pontificio explicó que durante el Adviento es especialmente importante estar alerta sobre el propio comportamiento: "En un tiempo complejo y urgente como el nuestro, debemos cuidarnos de dos grandes tentaciones que pueden afectar tanto a la Iglesia en la persona de sus ministros como a cada bautizado: olvidar la necesidad de la salvación y creer que podemos ganar favores cuidando nuestra apariencia, disminuyendo así la radicalidad del Evangelio". Añadió que hoy a menudo prevalece una "vigilancia cansada", que se desanima fácilmente.
Seguir siendo Sacramento salvación
Es importante asegurarse siempre de vivir verdaderamente según el Evangelio, especialmente en tiempos difíciles.
"Debemos reconocer que el tiempo en el que estamos llamados a ser testigos de Cristo está marcado por nuevos y complejos desafíos: la Iglesia está llamada a seguir siendo sacramento de salvación en una época convulsa que, como enfatizan teólogos y sociólogos, ha transformado profundamente nuestra forma de creer y pertenecer".

"La paz sigue siendo una ilusión en muchas regiones mientras no se sanen las viejas injusticias y las memorias heridas; mientras que en la cultura occidental el sentido de trascendencia se debilita, aplastado por el ídolo de la eficiencia, la riqueza y la tecnología. La llegada de la inteligencia artificial intensifica la tentación de un ser humano sin límites y sin trascendencia".
"Ser conscientes de esto -advirtió- no basta para convertir corazones. También requiere ser conscientes de que las personas necesitan la gracia de Dios para ser redimidas".
Esperanza y confianza
Esto es lo que cada generación debe reconocer al evaluar atentamente el tiempo maravilloso y dramático en el que la vida se desarrolla una y otra vez: el misterio de un Dios que, inspirado por su amor infinito, se presenta ante su creación con confianza inquebrantable y espera que lleguen -y deben llegar- días mejores.
"El secreto de un Dios que, desde su amor infinito, se presenta ante su creación con una confianza inquebrantable", expresó el predicador.
Refiriéndose a la historia bíblica del Arca de Noé, en la que Dios le pide a Noé que construya un arca para que él, su familia y los animales puedan sobrevivir a la tormenta, el fraile capuchino enfatizó: "El texto sobre el Diluvio nos dice que no basta con cambiar las estructuras humanas para erradicar por completo el mal de la tierra. Es necesario reconstruir el 'templo del Señor', es decir, restaurar la verdadera imagen de Dios en el corazón del hombre y en la tierra. Solo cuando el hombre vuelva a vivir ante el verdadero rostro de Dios podrá la historia cambiar verdaderamente".
En el Año Santo de la Esperanza, que la Iglesia Católica celebra actualmente, el padre Pasolini explicó además que el Arca de Noé es más que una simple barca: "Es la esperanza perdurable de cada generación. Si bien siempre buscamos soluciones en la tierra, la historia del Diluvio nos recuerda que la vida solo florecerá de nuevo cuando reconstruyamos el cielo, poniendo a Dios nuevamente en el centro".

El Diluvio no fue simplemente destrucción, sino una "transición hacia una nueva creación mediante un momento de 'descreación'". "Las aguas se mezclan de nuevo como en el principio, no para destruir el mundo, sino para dar a la humanidad la oportunidad de comprender más profundamente el plan de vida previsto por Dios. Es un cambio temporal de las reglas del juego para salvar el juego mismo, que Dios había creado con confianza".
Vivir responsablemente y de acuerdo con el Evangelio
Al final de su intento de inundar el mundo entero, el Señor "depuso las armas" y emitió una solemne "declaración de no violencia", continuó el padre Pasolini, refiriéndose al Arca y al Diluvio. Sin embargo, la humanidad parece no haber aprendido de esto.
¿Qué tan lejos estamos de deponer las armas y colgar los arcos? La Tierra sigue desgarrada por conflictos crueles e interminables que se ensañan con muchas personas débiles e indefensas.
El predicador papal concluyó su primera meditación de Adviento con una oración: "Oh Dios, para reunir a todas las naciones en tu reino, nos enviaste a tu Hijo en nuestra carne. Concédenos un espíritu vigilante para que, andando por tus caminos de paz, podamos ir al encuentro del Señor cuando venga en gloria. Él es Dios y vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos".
El Padre Pasolini dará la próxima homilía de Adviento el próximo viernes (12 de diciembre); la última será el 19 de diciembre, ambas a las 9.00 horas en el aula de audiencias del Vaticano.+
