Goya: sacerdotes misionaron la reconciliación en el decanato Paraná
- 5 de junio, 2025
- Paraná (Entre Ríos) (AICA)
Los representantes del clero llegaron a las periferias de cada localidad, acercando el sacramento de la Reconciliación y la Unción de los Enfermos a personas mayores, que padecen enfermedad y presos.

En el marco del Año Jubilar de la Esperanza, decenas de sacerdotes de Goya misionaron durante tres días en el decanato Paraná, acompañados por el obispo diocesano, monseñor Adolfo Canecín.
La actividad, denominada Misión de la Reconciliación, se llevó a cabo los días 2, 3 y 4 de junio y abarcó localidades ubicadas sobre la costa del río Paraná: Lavalle, Santa Lucía, Esquina y Goya.
Durante la misión, los representantes del clero goyano llegaron a las periferias de cada localidad, acercando el sacramento de la Reconciliación y la Unción de los Enfermos a personas mayores, que padecen enfermedad y privadas de libertad. Cada jornada concluía con una peregrinación hacia los templos jubilares y la concelebración de la Eucaristía.
"La misión tuvo como finalidad colocar nuevamente el sacramento de la Reconciliación en el centro de la vida pastoral de la Iglesia y de nuestras comunidades", destacó monseñor Canecín en la homilía del martes en la catedral.
Mensajeros y constructores de esperanza
Inspirado por el pasaje evangélico "Esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, Padre, y a tu enviado Jesucristo", el obispo enfatizó: "Este es el núcleo central de nuestra fe y el fundamento de nuestra esperanza".
En su mensaje, el prelado recordó el llamado del papa Francisco a ser "mensajeros y constructores de esperanza", y alentó a los fieles a asumir con convicción el plan diocesano de pastoral, que tiene como primer pilar la centralidad en Jesucristo. "Desde esta experiencia vital y existencial con Él, brota la misión de la Iglesia", afirmó.
Monseñor Canecín instó a que la Iglesia viva su vocación misionera con "la actitud, jovialidad y audacia de los jóvenes" y destacó la cercanía de la festividad de Pentecostés, al señalar que "el alma de la misión es el Espíritu Santo, que es como un ancla firme y el fundamento de nuestra esperanza".
Con el lema "Peregrinos de esperanza", el obispo animó a los fieles a vivir como auténticos peregrinos, conscientes de su punto de partida y su meta: la eternidad.
"Jesucristo es nuestra esperanza, una esperanza que no defrauda, porque es reconciliadora, dignificante y misericordiosa. Sabemos bien en quién hemos puesto nuestra confianza", subrayó.
Finalmente, pidió oraciones por toda la Iglesia para que, en este Año Jubilar, "sea signo de esperanza y cada uno de sus miembros viva con alegría el anuncio de la misericordia de Dios".+